Malvarrosa es un nombre comercial de Ciudad Real promovido por una familia de Ciudad Real. Casi 80 años les contemplan con negocios únicos y exclusivos dedicados a la moda, los complementos, cosmética, belleza, regalos, etc. Y tuvieron oportunidades para expandirse fuera de los dominios capitalinos, pero la familia Sanz Casado, oriunda de Orea (Guadalajara), siempre apostó por nuestra ciudad.

Desde el principio, Malvarrosa se ocupó y preocupó de traer un pedacito de París o de cualquier otro punto importante de la moda en el mundo a Ciudad Real, de ahí su gran acogida, porque no existía un negocio similar en toda la provincia, habida cuenta además de las carencias existentes en una ciudad que acababa de salir de una guerra civil.

Izq.: en 1949, Beni, acompañada de su hermana Juli y de su hermano pequeño Carlos, los ideólogos de la primera Malvarrosa. Centro: Inauguración en la C/General Aguilera. Año 1971. Dcha.: La primera tienda se inauguró en 1942, en el número 7 de la calle Toledo.

Su primera tienda se inauguró en 1942, en el número 7 de la calle Toledo, lo que hoy es la entrada al museo de Elisa Cendrero. La hermana mayor de la familia, Beni, acompañada de su hermana Juli y de su hermano pequeño Carlos fueron los ideólogos de esta primera Malvarrosa, un establecimiento de apenas 30 m2 donde se vendía moda, belleza femenina, cosmética de primeras marcas creadas o mezcladas in situ, perfumes a granel, regalos, etc. La gran acogida a la marca llevó a la familia a acometer un proyecto más ambicioso, querían sede propia, fueron años de viajes, de búsqueda de materiales especiales y únicos de decoración y de colaboraciones con los mejores de la ciudad. Los frutos se recogieron años después, en 1971, cuando se inauguraba su establecimiento en la calle General Aguilera, 6, donde la clientela de Malvarrosa disponía de lo último de la alta costura nacional e internacional, bisutería, marroquinería, alta cosmética y tratamientos de belleza, incluso sección de novias y lista de bodas, “una auténtica revolución para la época”, comenta Susana Sanz Tejedor, hija de Carlos.

Entre medias, la familia Malvarrosa crecía, con un punto de venta en la avenida del Rey Santo, 4, y la “famosa y refrescante” Chiffons de la calle Tinte, 9. Además, Carlos Sanz “se independizó bajo el amparo de sus mayores” con una segunda tienda Malvarrosa en la calle Feria, 8, enfocada a la cosmética, perfumería y complementos con un aire más popular, artículos más asequibles y una clientela más numerosa pero sin perder la esencia inicial de la marca. Más adelante vinieron otros locales: Bolsos Raquel, en Feria, 13 (donde hoy podemos encontrar Malvarrosa Bags); Malvarrosa Complementos en el esquinazo de la plaza Mayor con Carlos Vázquez, que actualmente se emplaza en calle Ciruela, 6. Y no menos importante es Loto, fundado en los años 60, antes Loto 1 y Loto 2, ubicado en la calle Postas, 1 (donde estuvo la antigua Administración Principal de Correos y Caja de Ahorros). Un gran establecimiento que cobija las mejores colecciones de fabricantes y artesanos de la piel de nuestro país, en constante renovación atendiendo a las demandas y nuevas tendencias.

Izq.: Establecimientos Loto de calle Postas, y Malvarrosa Bags en calle Feria 13. 

En el ADN de Malvarrosa siempre ha estado la idea de ofrecer un producto que nadie más tuviera, con un personal muy cualificado, “durante las décadas de los 40, 50 y 60, las prendas de ropa, accesorios y cosmética venían directamente de París, donde se viajaba dos veces al año y los dependientes eran formados directamente en Francia”, explica Susana que añade, “fue una primera generación visionaria y arriesgada con una enorme ilusión y confianza en lo que estaban realizando”.

A lo largo de esta larga y sólida trayectoria, con tres generaciones ya al frente, más de ocho establecimientos Malvarrosa han visto la luz en Ciudad Real, con locales dedicados a las necesidades específicas de la época, nuevas oportunidades de negocio y con una especialización concreta en cada establecimiento, “79 años dan para mucho, muchas de las personas que hicieron posible este negocio ya no están con nosotros, otras se han jubilado y otras siguen al pie del cañón 40 años después…, aunque todas han continuado con las mismas premisas de atender un formato de pequeño comercio especializado, con un producto muy novedoso y de máxima calidad, con vocación por las cosas bien hechas y con entrega sin fisuras al cliente”, afirma Susana.

En los comienzos, la mayoría de la clientela era femenina, encantada de poder disfrutar en Malvarrosa de aquellos selectos artículos que se veían en los pocos medios de comunicación existentes, haciéndolas sentir únicas y especiales. No solo se atendía en tienda, se celebraban un sinfín de eventos y actividades, como cursos de belleza de las mejores marcas; desfiles inéditos y solidarios de los mejores modistos, en el teatro Quijano, el Parador de Almagro o el Pabellón Ferial; exquisitas listas de boda y vestidos de novia; promociones con cantantes famosos (Francisco, Paquita Rico…); cuidados anuncios en radio, cine y TV… Y muchos viajes, de las encargadas de Malvarrosa a París o a Italia para formarse, y de Carlos Sanz (o Carlitos Malvarrosa como se le conocía en Ciudad Real) que iba de madrugada a Alicante o Valencia en busca de los mejores bolsos y marroquinería para ofrecer a las clientas de Loto esa misma mañana.

Izq.: un desfile de modas en el Parador de Almagro. Dcha.: publicidad de la inauguración de la Boutique del bolso en el año 1971

Esa ilusión perdura, añade Susana, al igual que la transparencia, la honestidad, el ahorro y la cautela, la implicación personal y profesional, la dedicación y lealtad hacia un proyecto, la apuesta por mejorar y asumir retos, y un gran sentido de familia. Familia que siempre ha estado ahí en cada proyecto o reforma que se planteaba, en la preparación de la campaña de Navidad, en los eventos y celebraciones en la calle en las fiestas señaladas de Ciudad Real…
La mayor satisfacción para los actuales responsables es poder continuar

con el legado y mantener vivo el nombre comercial de Malvarrosa, con el fin de que perdure en la memoria colectiva de Ciudad Real. La incertidumbre por la pandemia de la COVID-19 les ha impelido a una profunda reestructuración del negocio, no solo presencial sino online, con su web lasmalvarrosa.com en plena renovación, atendiendo siempre a las necesidades más exigentes y demandas de una época como la actual.

Texto: Oliva Carretero. Fotos: Cedidas por Malvarrosa