Con este llevamos ya cuatro capítulos relatando con minuciosidad tanta corrupción que nuestros lectores se van a cansar. ¿No lo cree así su excelencia, amado y venerado maestro? ¡Vamos, digo yo!
– ¡Calma, Lorencito, calma! Verdad es que cuando comenzamos esta aventura no suponíamos que nos llevaría tan lejos pero, ya que nos hemos metido en harina, bien está que terminemos este relato con dignidad, pese al tiempo que nos lleve, y no dejemos los sacos medio llenos. Copiemos, en este caso, a los delincuentes que no tuvieron reparo en echar el tiempo que fuese necesario para llenar, hasta rebosar, los suyos.
– De acuerdo. ¿Por dónde íbamos?
– Nos tocaba el mandato de Rodríguez Zapatero.
– Pues durante éste saltaron a la palestra (no siempre se cometieron entonces, ya venían de antes) sucios asuntos como los siguientes.
Caso Bolín: condena del exalcalde popular de Benalmádena, Enrique Bolín, a ocho años de inhabilitación, y una multa de 16.200 euros, por prevaricación urbanística. Caso Alzoaina: el exalcalde de Alozaina, Antonio Blanco (IULV-CA) es condenado en 2010 a veinte años de inhabilitación por dos delitos urbanísticos en 2002 y 2003. Caso de los EREs falsos: una presunta red de corrupción política vinculada a la Junta de Andalucía, que saltó a raíz de la investigación del Caso Mercasevilla en 2011, donde se detectaron prejubilaciones irregulares. El fraude ascendería a 1.400 millones de euros y afectaría a 68 empresas. Caso Millet: presunto desfalco de 35,1 millones de euros del presupuesto del Palacio de la Música Catalana por parte del presidente de su patronato, Fèlix Millet, y otros colaboradores -como Jordi Montull-, a lo largo de 10 años. Caso Nóos: derivación del caso Palma Arena referente al fraude fiscal cometido por Iñaki Urdangarin, duque consorte de Palma de Mallorca, acusado también de desviar fondos públicos para su propio beneficio mediante el Instituto Nóos, cuyo gestor era su socio Diego Torres. Caso Brugal: investigación sobre delitos de soborno, extorsión y tráfico de influencia en la adjudicación de contratos públicos de los servicios de recogida de basuras en varias localidades gobernadas por el Partido Popular en la provincia de Alicante. Y ahora empezaremos con los correspondientes al mandato de Mariano Rajoy.
– ¿Es que no había más?
-Sí, Lorencito. Había más, pero aquí no nos caben todos. Tampoco pondremos todos los de Rajoy.
Los principales (o más llamativos) fueron los siguientes. Caso Dívar: El presidente del Poder Judicial, Carlos Dívar, costeó con dinero público 30 viajes a la Costa del Sol, con estancias en hoteles de cuatro estrellas. Caso de la cooperación: presunto desvío de más de 6 millones de euros en subvenciones de la Consejería de Solidaridad y Ciudadanía de la Generalidad Valenciana a través de seis organizaciones no gubernamentales, entre 2008 y 2010, en la época de la dirección del popular Rafael Blasco, principal implicado. Los fondos, teóricamente destinados a ayuda humanitaria, acabaron gastados en viviendas de lujo en Miami. Caso Bárcenas: El 18 de enero de 2013, El Mundo publicó que Bárcenas «distribuía cada mes sobres con cantidades entre 5.000 y 15.000 euros a secretarios ejecutivos, cargos públicos y otros miembros del aparato», con dinero B procedente «de constructoras, empresas de seguridad y donaciones». Publicaciones posteriores muestran datos que sugieren que el presidente Rajoy, y otros miembros de la actual cúpula del PP y ministros, como Cospedal, cobraron dichos sobresueldos y que estos eran pagados por empresarios. Un informe de la Policía Nacional indica que los presidentes de varias empresas constructoras donaron 3,5 millones de euros al PP, en cantidades superiores por las permitidas por la ley, que fueron ingresados por Bárcenas como si se tratase de donaciones anónimas. Las empresas de estos constructores recibieron contratos por valor de 12.281 millones desde gobiernos del PP. Caso Pujol: hace referencia al caso judicial donde se investiga al expresidente de la Generalidad de Cataluña Jordi Pujol i Sole y su mujer Marta Ferrusola i Lladós y otros miembros de su familia por los delitos de cohecho, tráfico de influencias, delito fiscal, blanqueo de capitales, prevaricación, malversación y falsedad.
– Estos dos, desde el punto de vista político, no dejan de ser muy graves, estimado maestro.
– Pues sí, Lorencito. Sobre todo por la imagen que dan de nuestros mandatarios. Ahí va ahora el de las Tarjetas opacas de Caja Madrid: Un escándalo que saltó a la luz en 2014, por el cual se desveló que la práctica totalidad de los consejeros de Caja Madrid (y posteriormente Bankia) durante al menos las presidencias de Miguel Blesa y Rodrigo Rato, habían dispuesto de una tarjeta de crédito del tipo “Visa Black” con las que habían llevado a cabo, durante años, cargos personales valorados en cientos de miles de euros con cargo a las cuentas de la caja de ahorros, y presumiblemente, sin declarar a Hacienda ninguno de ellos. Y como aquí ya no cabe más mierda, dejamos para el próximo capítulo la que aún queda, y lo iniciaremos con Operación Púnica y Caso Gürtel, ambas de envergadura.
Imagen superior: Retrato oficial de Rodrigo Rato mientras ocupaba la dirección del FMI (Foto: Wikipedia)