Hablar de Santiago Urdiales es hablar de balonmano, de equipo, de club, de cantera, etc. Es una charla en la que te das cuenta que tener un profesional de esta categoría es un lujo al alcance de poquísimos clubs en España.
Su importancia como jugador la certifica su curriculum vitae. Ha pasado por los principales equipos del balonmano español: Cantabria, Portland San Antonio, Ademar León y, por supuesto BM Ciudad Real, donde consiguió los principales títulos nacionales como Ligas, Copas del Rey y conquistó la mítica Recopa. Cuando hablamos de su etapa como jugador destaca que “estoy muy contento y orgulloso de mi etapa como jugador, jugué en grandes equipos cuando en aquella época había dinero para construir grandes equipos. Tuve una carrera larga en la que gané muchos títulos en clubs, fui internacional absoluto con la selección, campeón del mundo junior, etc”. Si algo le faltó a esa etapa para que fuera perfecta fue “jugar una Olimpiada o ganar una Champions, es lo único que eché de menos junto a las numerosas lesiones”.
Como profesional se define como un hombre metódico, estricto y trabajador, quizá muy heredado de los entrenadores que tuvo. Profesionales del nivel de Jordi Rivera, Juan de Dios Román o Manolo Laguna marcaron su actual carrera como entrenador, “particularmente he intentado aprender lo mejor de cada uno, pero si me tuviera que quedar con uno de ellos de Jordi Rivera me marcó mucho su forma de trabajar, de dirigir, de entender a los jugadores y la dificultad de vivir el partido sin desconcentrarte y saber en cada momento tomar la mejor decisión”.
Pero si algo caracteriza a Santi es que es un hombre de club, no se ciñe a su actividad como entrenador, sino que antepone las necesidades del club a las propias suyas. Llegó al Caserío en el 2015 “lo que más me convenció es que ví mucho futuro en el proyecto”. Desde entonces en el Caserío se grabó a fuego una frase que repite mucho “el éxito no debe tener prisas” y así ha sido la trayectoria del club. Ahora se viven momentos muy dulces pero los principios no fueron fáciles ni económica ni deportivamente “es una frase muy compleja, el éxito es que no hemos tenido prisas en lo social, ni en lo deportivo, ni en lo económico. En los primeros momentos luchamos contra lo económico, luego tuvimos varios reveses deportivos y ahora que estamos con este gran crecimiento, es cuando más sentido tiene la frase, no hay que tener prisas y seguir creciendo con las bases muy sólidas”.