Carlos Marín / Presidente de la Federación Empresarial de Ciudad Real (FECIR CEOE-Cepyme)

Eso parece que quieren con los empresarios. Una subasta pública, o un juego a la ruleta rusa sobre quién puede hacer más daño del ya recibido con el mundo de la empresa, principalmente pymes y autónomos, que son los mayores generadores de riqueza y empleo en este país; que a lo mejor hay que recordar a las autoridades de vez en cuando, principalmente a las de ámbito nacional.
La situación es muy complicada pero no hay que ser muy perspicaz ni ser un doctor en economía para saber que la situación se tornará, aún más difícil, en pocas semanas. El famoso “otoño caliente” no es baladí y ya desde nuestra organización empresarial se viene anunciando desde hace largo tiempo.

Ante esta situación no hay más que “ocurrencias y ataques” a las empresas por parte de una gran parte de ministros del Gobierno central, que parece que han abierto la veda para saber quién da más en esas arremetidas contra el sector empresarial, en general.

En vez de poner soluciones ante una situación que va a afectar a toda la ciudadanía, con una situación de extrema gravedad en el día a día de cada uno de nosotros, el Gobierno Central no hace más que, primero, poner “paños calientes” ante una realidad que se nos viene encima con una serie de datos que desmontan cada día las principales instituciones no sólo españolas sino también del ámbito europeo e internacional, y, segundo, no acotar y tomar decisiones drásticas, sobre todo en apoyo de empresas, pymes y autónomos.

La última es de la señora Díaz, además, avivando a unos sindicatos que, parecen estar en pie de guerra continuamente, cuando deberíamos ir de la mano y así se ha hecho siempre desde FECIR CEOE-CEPYME, por ejemplo, para que haya una paz social y unas soluciones consensuadas cediendo cada uno en sus demandas iniciales.

No podemos estar en pie de guerra si queremos hacer frente a una realidad que parece desconocer.

FECIR CEOE-CEPYME como CECAM, CEPYME y CEOE han demostrado durante años que no se levantan de las mesas para negociar, pero cuando hay una serie de propuestas serias que sirvan para avanzar, no para que solo supongan un coste para cada una de las empresas de esta provincia y país.

Es tiempo de reflexión, pero con rapidez, para que la situación no sea de un enfermo de UVI. La economía española ha demostrado en otras ocasiones salvar las barreras que han existido, pero desde el consenso no desde el enfrentamiento.

Un ejemplo son los acuerdos que se llegan con el Gobierno regional y con Diputaciones y Ayuntamientos sean de un color político u otro. Porque lo que manda es llegar a ententes que sirvan para relanzar la maltrecha economía que vivimos desde hace largo tiempo con el maldito Covid, primero, y luego, con las consecuencias de la guerra en Ucrania.

Pero ante momentos excepcionales, decisiones firmes y no siempre atacando en la misma dirección, en la parte empresarial.

Un país, una región, una provincia, una localidad sin un empuje empresarial tiende a la pobreza en todos los sentidos.

Por ello reitero y demando que nos pongamos rápido a tomar medidas que signifiquen que este “otoño caliente” sea más llevadero y que con leyes y decisiones en apoyo al sector empresarial, seguro que la situación podrá ser menos dañina para todos.

Quién da más, pero no para atacar, sino para hacer frente, como decía antes, a un futuro incierto y no sólo en los próximos meses. El presente y futuro tendrá un mejor y mayor horizonte con un sector empresarial apoyado desde todos los ámbitos.