La inquietud por ofrecer siempre lo mejor y la casualidad por el hallazgo han llevado a Teresa Camacho Martín, gerente de Mi Bodycare, a tener una oferta única en la provincia: servicio de haloterapia en una cueva de sal natural surgida en plenas obras de su centro de medicina estética, inaugurado hace un año, aunque su trayectoria se remonta al año 2007. En unas instalaciones de 175 metros cuadrados, donde conviven el centro de estética y la clínica, Mi Bodycare ha sabido adaptarse a los tiempos de pandemia, siendo muy escrupulosos con la higiene y desinfección de todo el personal y material empleado en ambas actividades del centro.

Entrevista con Teresa Camacho Martín, gerente

Pregunta.- ¿Cuándo comenzó el proyecto?
Respuesta.- Empecé en el año 2007 como centro de estética, bajo la denominación de Bodycare. Estaba yo sola y a los cuatro años se incorporó una persona, Alicia. Afortunadamente, íbamos creciendo y aumentando servicios. Soy una persona inquieta, me gusta innovar y ofrecer lo último, por lo que hace tres años me embarqué en un proyecto más ambicioso: una clínica de medicina estética, que cuenta con registro sanitario y equipo médico. No obstante, por dificultades en los trámites, inauguré el centro, que he rebautizado como Mi Bodycare, hace un año en la calle Nueva, número 36 de Malagón.

P.- ¿Qué servicios realizáis en Mi Bodycare?
R.- Nuestra cartera de servicios es numerosísima, pero digamos que los más demandados en la clínica son los de toxina botulínica, hialurónico, hilotensores…, realizados por la doctora Marcela Villalobos, especialista en cirugía estética. Independientemente, yo continúo como esteticista ofreciendo y ampliando mis servicios de belleza y cuidado personal en aras a la demanda e inquietud profesional, entre otros hago microblading, rayos uva, tratamiento facial y corporal, manchas, maquillaje, pedicura, laser diodo, depilación, pestañas, manicura…

La peculiaridad del centro médico es la cueva de sal que apareció con las obras. Estaba tapada y había sido utilizada como lugar para conservar los alimentos y, casi por intuición y tras el fallecimiento de un familiar cercano por una grave enfermedad pulmonar, decidimos darle un uso terapéutico y clínico, como servicio de haloterapia, un método natural que consiste en la respiración de micropartículas de sal natural de origen mineral que actúa eficazmente en afecciones pulmonares, con beneficios para personas con problemas respiratorios y dermatológicos. Para ello, me puse en contacto con una empresa de Madrid, Salt Room, que creo que es la única en España dedicada a esto.

P.- Una vez descubierta la cueva, ¿cómo la adaptaste para su uso terapéutico?
R.- El suelo de Malagón es arcilloso y emana agua, por lo que tuve que realizar un tratamiento específico para evitar dejar salir la humedad. Es la única cueva original de este tipo en Ciudad Real, a Salt Room le encantó el proyecto porque ellos cuentan con cuevas en Madrid pero no son naturales como ésta.

P.- ¿Y qué resultados están dando las sesiones de haloterapia?
R.- Lo que más me sorprende son los niños, se asustan un poco al bajar a la cueva pero luego no se quieren ir. El caso más curioso es el de un niño con bronquiolitis, con una gran congestión y en la cueva le sale toda la mucosidad. Desde los tres meses de edad se puede hacer una sesión de haloterapia y se quedan como nuevos. En adultos, lo más sorprendente son los tratamientos de psoriasis en la piel, el resultado es increíble, al principio se les enrojece la piel y les escuece pero a la pocas horas la textura es buena y la rojez desaparece a los pocos días… A Mi Bodycare han llegado casos de psoriasis con irritación y descamación y los resultados han sido muy satisfactorios.

P.- ¿La haloterapia está recomendada y avalada por médicos?
R.- Sí, su eficacia clínica está demostrada. En España lo habitual ante afecciones respiratorias habituales son los aerosoles, pero en muchos puntos del mundo se utiliza la haloterapia, como Rusia, Canadá, Estados Unidos, Polonia… Este método fue descubierto al comprobar que los mineros que trabajaban en unas minas de sal en Polonia no padecían de enfermedades pulmonares como el resto de la población.

P.- Según la dolencia o enfermedad, así es la duración de las sesiones, ¿no?
R.- Sí, normalmente son entre 45 y 60 minutos, sí es cierto que un problema tópico en la piel necesita más tiempo y depende de la reacción del cuerpo. Más rápido son los resultados en caso de bronquiolitis, conjuntivitis o sinusitis.

P.- ¿Cuál es la plantilla de Mi Bodycare y qué horario tenéis de atención al público?
R.- En plantilla fija diaria estamos tres, Alicia Camacho Martín, Ainoa Franco Ruiz, y yo, además de la doctora y una enfermera como servicio externo que pasan consulta. Abrimos de 9 a 13 horas y de 17 a 20 horas de lunes a viernes; los sábados de 9 a 13 horas. Los servicios médicos suelen realizarse tres días a la semana, dependiendo de la agenda de la doctora.

P.- ¿Cómo os ha afectado la pandemia?
R.- Al principio con incertidumbre, como todo el mundo, pero como teníamos un servicio nuevo de medicina estética, lo poco que salía era prioritario. Mis trabajadoras solo estuvieron en Erte el tiempo del confinamiento, pero después, por fortuna, hemos tenido bastante trabajo.

P.- ¿Cómo os habéis adaptado a las normativas sanitarias por la COVID-19?
R.- Realmente no ha sido tanta la adaptación porque ya utilizábamos mascarillas anteriormente en algunos tratamientos y usamos guantes para todo, además de gafas de protección, uniforme y calzado cómodo. El cambio se ha notado más en la instalación de una máquina de ozono, gel hidroalcohólico y una alfombra higienizada. Nosotros además contamos con un proceso de higienización con autoclave para el material quirúrgico.

P.- ¿Cómo son las instalaciones de Mi Bodycare?
R.- Es un centro muy moderno con un buen ambiente de trabajo. Nuestro centro cuenta con 175 metros cuadrados de superficie, aparte de la cueva, y con cristaleras que aportan muchísima luz natural. Disponemos de una recepción, una pequeña zona de venta, un aseo para clientes y pacientes, y las cabinas, además de una zona de office, y otra área donde trabaja la doctora, con todas las herramientas y recursos necesarios.

Texto: Ayer&hoy. Fotos: David Copados