Desde el conocimiento y sin engaños

Ino Crespo / Asesora de imagen

En este artículo me gustaría invitarte a reflexionar conmigo sobre el mundo de la moda. Pasear por cualquier zona comercial de la mayoría de las ciudades del mundo se ha convertido en ver repeticiones de una misma puesta en escena, espacios clónicos que restan personalidad propia al centro de las ciudades.

Últimamente he pasado por tres aeropuertos: Madrid, Oporto y París. En todos ellos ocurre exactamente igual, que lo que describo de las ciudades, tienen tiendas clónicas, bueno exceptuando la artesanía y los dulces populares de cada sitio. El resto es idéntico, incluso los espacios de restauración.

En mis vacaciones de Semana Santa descubrí, en un mercadillo de venta ambulante, puestos de personas creativas que, como en un golpe de aire fresco, vendían creaciones propias y !únicas! Con bastante calidad en la hechura y a precios razonables. Pero esa realidad suele ser excepcional.

Mi primera cuestión es ¿hasta qué punto nos influye esa uniformidad? ¿Nos estimula la búsqueda de la singularidad y la personalización, o nos acomoda en la certeza de ser como los demás y así no equivocarnos?

Y, hablando de lo que nos influye, es un hecho que, especialmente en el mundo de la moda y la cosmética, el papel de los “influencers” (creadores de tendencias) ha cobrado un protagonismo que da vértigo. Personajes, que se hacen famosos por retransmitir su vida personal, se convierten en prescriptores internacionales de productos, de ropa, zapatillas, barras de labios, mascarillas, incluso cambiando cánones estéticos aceptados hasta el momento. Hay también micro-influencers que tienen un ámbito más pequeño y cercano.

La segunda cuestión es ¿por qué necesitamos tanto esas opiniones de personas que no conocemos y no sabemos a ciencia cierta si sus gustos son reales o impuestos por las marcas que en muchos casos los financian? Y la tercera y última cuestión sería, ante tanto, llevarnos de la mano de los “influencers” hacia donde los poderes económicos del mundo de la moda quieren. ¿Es posible que estén despertando en algunas personas una suerte de rebeldía frente a la uniformidad y la despersonalización? Yo brindo por esa opción, influencia sí, por qué no. Pero desde el conocimiento y sin engaños.

Si quieres preguntarme sobre algo que te interese para tu pelo, mi correo es ino@inopeluquerias.com o a través de esta revista Ayer y Hoy.