Cuarenta y ocho años como garante y decano de una música tradicional y de autor sin fronteras

Decía en 2008 Pedro Gómez-Cambronero, miembro fundador del Grupo Clavileño, en su libro ‘La naturaleza se hace música. 36 años de música folk ‘Las Tablas de Daimiel’’ que “continuemos cabalgando para poder celebrar como se merece las bodas de oro de este Festival Folk”. Y sin interrupción y no poco esfuerzo se han ido celebrando, con notable éxito musical, algunas ediciones más hasta la 48 que, si el coronavirus no lo impide, tendrá lugar este 17 de octubre en el Teatro Ayala con la participación de la Camerata Cervantina de Alcázar de San Juan.

La larga tradición musical de Daimiel, de rondallas, estudiantinas y tunas merece una reseña histórica de su FESTIVAL con mayúsculas: el Festival Folk Las Tablas de Daimiel, el decano de Castilla-La Mancha y el segundo del país con 48 años a sus espaldas, los mismos que Las Tablas como Parque Nacional, donde cinco alcaldes de distinto signo han apostado por la muestra.

La calidad musical y el esfuerzo organizativo desde los orígenes han sido ejemplo y espejo donde mirarse otros grandes festivales folk de España. En este certamen han participado los mejores conjuntos de música folk y solistas de cada época, citando a Carlos Núñez como el más conocido que ‘apadrinó’ el 25 aniversario festivalero –actuación a la que acudieron casi 3.000 personas-, pero donde también han actuado Jarcha, Nuevo Mester de Juglaría, Nuestro Pequeño Mundo, y cómo no, grupos locales como Clavileño, Bolote, A Cal y Canto, o capitalinos cantautores como Javier Segovia, entre muchos otros.

El 2 de septiembre de 1973 arrancó la primera edición del Festival, en un Teatro Ayala con 700 localidades –el doble que ahora-, promovido por una Comisión de Festejos presidida por el teniente alcalde Jesús Carabaño, y presentada por Manuel López Francia. En esta primera edición el ganador fue ‘Cancionero Popular’ de Madridejos (Toledo), con un premio de diez mil pesetas. Cabe mencionar que durante 14 años, el Festival Folk era concurso-competición, con importantes premios cuya cuantía fue in crescendo (en 1985, la dotación era de 125.000 pesetas para el ganador).

Izq.: Imagen del grupo Folk Satai en 1976 cuando ganaron el primer premio; (En el centro Pedro Gómez Cambronero, que luego fundaría Clavileño
en 1982). Dcha.: El grupo Cantares de Daimiel durante su actuación en el primer festival. 

 

Época dorada.- “Aquellos primeros años fueron muy reivindicativos, eran festivales protesta”, nos cuenta Luis Alberto Roncero, presentador del Festival a partir de la quinta edición. Eran tiempos de cambio, de decir adiós a una dictadura y abrirse paso a la democracia, la fiebre musical de cantautores como Lluis Llach o Paco Ibáñez también se siente en Daimiel, “muchos jóvenes investigan el romancero, ponen música a poemas y hacen versiones de canciones populares españolas y latinoamericanas”, cuenta Juan José Aguirre, de ‘A Cal y Canto’ en el libro mencionado. Por su parte, Miguel Torres, que participó en los años 76 y 77, describe en el programa de la televisión local de Daimiel ‘La Faltriquera’ de la Asociación Folklórica Virgen de las Cruces, aquellos primeros festivales como “muy dinámicos y divertidos, había un semillero de gente con grandes inquietudes musicales”. En este mismo espacio, Jesús García-Consuegra, director de la Coral Molto Vivace, señala el claro paralelismo entre los grupos de folklore de raíz y los que iban más por la canción de autor, incluso algún grupo traía instrumentos electrónicos como el bajo o el teclado, “que al público no le gustaba especialmente y en el gallinero se podía escuchar aquello de ‘Esto no es folk’”.

Pese a la apertura política, la censura aún estaba presente y el segundo año llegó a retirarse de concurso el Romance de La Molinera y El Corregidor, de Javier Segovia, quien ganó en 1975 con ‘Instancia’, un alegato en defensa de una Mancha necesitada de industria y universidad. El festival empieza a crecer, se cuida más la luminotecnia, la escenografía, se pide ayuda a la Diputación, se emite en directo en emisoras de radio… Destacable es el primer premio de Folk Satai en 1976 y 1979, grupo local formado por empleados de Telefónica.

Izq.: El X Festival, en1983, con una gran escenografía alusiva al parque de Las Tablas, realizada por Manuel Susmozas (que recibió un premio el año pasado por esta labor); Centro: Jurado del
festival del año 1974. Dcha.: La 43 edición, en el año 2015 .

 

Diferentes escenarios.- El Festival Folk ha viajado por diferentes escenarios de Daimiel a lo largo de su historia, empezó en el Teatro Ayala, en 1979 se trasladó a la plaza de toros, también visitó alguna carpa cerca de la Feria, el auditorio municipal y la plaza de España. Para su 50 edición, la Asociación Folklórica Virgen de las Cruces, que lo organiza desde el año 2016 junto con el Ayuntamiento de Daimiel, quiere hacer algo diferente en un escenario nuevo como es la Motilla del Azuer, ha indicado su presidente Juan Caro, invitando a grupos o solistas como Nuevo Mester de Juglaría o el propio Carlos Núñez.

En 1987 el Festival Folk Tablas de Daimiel deja de ser concurso para ser una muestra de música folk. Mención importante es la del grupo Clavileño, fundado por Pedro Gómez-Cambronero en 1982 y que tendrá una implicación vital en el Festival Folk a partir de entonces, en este sentido el propio Pedro recuerda por su dedicación al entonces técnico de Festejos Juan Pablo Gómez del Pulgar. Como bien dice Paco Pozo en el citado libro, “la búsqueda de temas inéditos, el rescate de ritmos y percusiones antiguas y el toque personal” hicieron que Clavileño traspasara la escena local girando por toda España, ganando el festival de ‘Gente Joven’ de Televisión Española y grabando el LP ‘Aires de Antaño’, “aquello fue maravilloso, en TVE teníamos delante cinco cámaras que a mí me parecían 5 leones, y no te podías equivocar porque no se repetía, pero ganamos y eso nos catapultó al éxito nacional”, comenta Pedro a Ayer&hoy.

Otros festivales de música folk ya desaparecieron, aunque los protagonistas del de Daimiel siguen luchando con uñas y dientes por la continuidad de este certamen porque “amamos el folklore y seguimos apostando por él”, subraya Jesús García-Consuegra, si bien algunos echan en falta una mayor difusión y publicidad del mismo.

Texto: Oliva Carretero. Fotos: Asociación Folklórica Virgen de las Cruces de Daimiel, Pedro Gómez-Cambronero Soriano