La Semana Santa es un evento religioso, histórico, artístico y socio-cultural notablemente importante para nuestros municipios y ciudades. Más allá de la tradición, el sentimiento o la conmemoración cristiana de la Pasión de Cristo, que es realmente el motivo principal de esta celebración, vivimos en una época en la que todo se mide y se valora económicamente. La pandemia mundial de la Covid-19 provocó la cancelación de procesiones y actos durante el año 2020 y el año 2021 con un importante impacto negativo tanto a nivel económico como social. Parece ser que este 2022 volveremos a vivir una Semana Santa “normalizada”, lo que puede suponer volver a cifras económicas y de turismo similares a las de años prepandémicos.

La suspensión durante dos años seguidos de las procesiones de Semana Santa debido a la Covid-19 ha sido un duro revés para la ciudadanía y un impacto económico y social verdaderamente notable, sin contar que, ya en el año 2019 la Semana Santa no pudo celebrarse con total normalidad debido a que las lluvias hicieron acto de presencia en varios puntos de nuestra geografía. Pero el hecho de haber sido suspendidas durante dos años consecutivos, más allá del sentimiento y conmemoración de la Pasión de Cristo, supuso un duro golpe para las economías locales que vieron frustrados unos días donde el Producto Interior Bruto (PIB) aumenta de forma más que considerable. La salida de un solo paso, no solamente en Semana Santa, ya supone un aliciente para el consumo. Algo que se pudo comprobar el pasado mes de noviembre en Ciudad Real cuando, con motivo de su 75 aniversario y después de mucho tiempo de ausencia debido a la pandemia, la imagen de “La Oración en el Huerto” salía en procesión ante la mirada de cientos de personas que se echaron a la calle y que, a su vez, se vio reflejado en la hostelería y el comercio local.

Parece ser que, si el tiempo no lo impide y los contagios por la Covid-19 se mantienen estables o en una línea descendente, podremos contar con una Semana Santa “normalizada” con las medidas y recomendaciones vigentes decretadas por Sanidad. “Haciendo buen uso de las recomendaciones dictadas por Sanidad, como el uso de mascarillas en interiores, que aún es obligatorio, o el uso de mascarillas en exteriores siempre y cuando no se puedan mantener las distancias de seguridad, podremos vivir de nuevo una Semana Santa similar a las de años previos a la pandemia”, señala la alcaldesa de Ciudad Real y concejala de Promoción Turística, Festejos y Tradiciones Populares, Eva María Masías. De hecho, “hemos visto como, tanto la procesión de ‘La Oración en el Huerto’ realizada en el mes de noviembre, como la cabalgata de Reyes en el mes de enero y más recientemente el Carnaval, se han desarrollado prácticamente con normalidad y, si seguimos en esa línea, aportando cada cual nuestra propia responsabilidad individual, lograremos volver más temprano que tarde a esa normalidad tan esperada”.

Repercusión en la hostelería y el turismo.- Para el sector hostelero la ausencia de Semana Santa durante 2020 y 2021 supuso una bajada importante de sus ventas respecto al año 2019, último año en el que se celebró esta festividad. Para el presidente de la Asociación Provincial de Empresarios de Hostelería y Turismo, José Crespo, la caída de las ventas en el sector hostelero durante el año 2021 tuvo una repercusión importante, con una caída de entre un 40% y un 50% respecto al año 2019. Una cifra que fue mucho peor en el 2020 debido a las restricciones y el confinamiento. “Las fechas de Semana Santa del pasado 2021 no fueron buenas para el sector, aunque sí mucho mejor que las del 2020. Se ha notado mucho la ausencia de esta festividad en estos dos años, sin embargo, el año pasado, aun sin procesiones, el hecho de que la gente no se desplazara a otros lugares hizo que se moviera algo más la economía local, pero lógicamente, tampoco vinieron visitantes que son también una fuente turística importante para nuestros pueblos y ciudades”, indica Crespo.

Este 2022 todo parece indicar que en Semana Santa el sector hostelero volverá a cifras previas a la pandemia, incluso puede que mejor, ya que los datos que se manejan de los meses de enero y febrero han sido muy positivos, según destaca el presidente provincial de la asociación de hosteleros. No obstante, el mes de marzo no está manteniendo esos buenos datos y los números que se barajan de cara a Semana Santa podrían verse mermados debido a la crisis que se vive con el conflicto en Ucrania, el incremento de precios en la energía y en los carburantes que a su vez deriva a otros productos alimenticios que se han duplicado en precio, o el desabastecimiento de productos debido a la huelga de transportistas y pescadores. “Si la sombra actual se mantiene, la mejoría que hemos podido notar en enero y en febrero seguramente no pueda cumplirse”, señala Crespo. Aun así, desde el sector hostelero siguen siendo optimistas, esperando que todo se solucione lo antes posible y poder completar números parecidos a los del 2019, “con cifras similares nos daríamos por satisfechos, aunque estamos expectantes y esperanzados que sean cifras superiores”.

En cuanto al sector hotelero, Crespo indica que los años previos a la pandemia han contado con cifras de entre el 70% y 100% de ocupación con una media del 85% en Ciudad Real y la provincia, rozando el casi 100% de ocupación si hablamos de alojamientos rurales. Cifras que también corroboraba la alcaldesa de Ciudad Real y concejala de Promoción Turística, Festejos y Tradiciones Populares, Eva María Masías, “la Semana Santa de Ciudad Real suele tener una ocupación hotelera en torno a un 85% o 90% en años anteriores a la pandemia”. Hay días y fechas que puede llegar incluso al 100% como puede ser un Jueves Santo o un Viernes Santo, donde además de turistas, son varias las personas que vienen a participar en las procesiones, como por ejemplo las bandas de música que se quedan a pernoctar. De igual forma, son muchos los visitantes que, aun sin pernoctar, pasan por nuestras calles durante estos días y, esa incidencia de gente se ve reflejada en los comercios y en la hostelería. Aun así, señala Masías, “aunque entendemos y pensamos que va a ser exitosa, la repercusión económica que podamos tener este año en nuestros comercios, hostelería y hoteles habrá que analizarla una vez pasada la Semana Santa”.

Asimismo, a pocas semanas del inicio de la Semana Grande por excelencia de Ciudad Real, ya se nota más movimiento en la Oficina de Turismo de Ciudad Real, “ya hay mucha gente que nos llama, han planificado sus vacaciones y quieren conocer la programación prevista para la Semana Santa de Ciudad Real 2022, pero tanto gente de fuera como de la propia capital”, incide Rut Moreno-Cid, informadora turística. Nuestras comunidades vecinas como Madrid, Murcia, Andalucía… no fallan y muchos vecinos de esas zonas se dejan ver por unos días en nuestra Pasión manchega, bien como destino definitivo o como lugar de paso hacia otras ciudades.

Hermandades y cofradías, todo preparado.- Las diferentes cofradías y hermandades llevan varios meses realizando los preparativos y ensayos pertinentes para que se pueda llevar a cabo una Semana Santa lo más normal posible. Eso sí, atendiendo a todas las indicaciones higiénico-sanitarias que se determinan desde Sanidad. Por ello, las personas encargadas de cargar los pasos en procesión, es decir los costaleros, que no disponen de mucho espacio entre unos y otros, están realizándose constantemente test de antígenos, utilizan mascarilla y lavado de manos, e igualmente, se lleva a cabo la limpieza de las trabajaderas, de varales, etc., haciéndose mucho hincapié en todo esto para el cuidado y la protección de todos. “La mayoría de personas que están bajo los pasos están vacunadas con pautas completas, aportan voluntariamente su certificado Covid-19 y se toman todas las medidas higiénicas necesarias para velar por la seguridad de quien tenemos al lado y de todos en general”, destaca la presidenta de la Asociación de Cofradías y Hermandades de Semana Santa de Ciudad Real, Yolanda Gómez.

En estos dos últimos años las hermandades se han dedicado a seguir cuidando y mejorando el rico patrimonio que tienen, además de realizar diferentes obras de caridad, ayudar a la confección de mascarillas y materiales de protección cuando no había, entrega de alimentos para los más necesitados… pero por desgracia, muchas son las hermandades que han sufrido la pérdida de algunos hermanos debido a la pandemia. No obstante, según señala Gómez, “se están incorporando nuevas generaciones, aunque existe algo de carencia en cuanto a costaleros, ya que hay gente que todavía tiene cierto miedo o ha vivido situaciones complicadas, pero los que estamos seguimos con nuestra fe intacta y es el momento de encomendarnos más y volver a vivir y a celebrar de nuevo la Semana Santa”.

Es evidente que a nivel de fe y cristianismo, las hermandades y cofradías están deseando realizar sus estaciones de penitencia y poder sacar a sus titulares a las calles, pero además, hay que destacar que a la Semana Santa le acompaña y mueve a muchísima gente, tanto creyentes como no creyentes que participan de forma directa o indirecta, lo que supone un importante montante económico para los pueblos y ciudades.

Ciudad Real alcanza su máxima expresión artística y devocional con la llegada de la Semana Santa, declarada de Interés Turístico Nacional desde el año 2006. Y, además del trabajo encomiable que realizan las diferentes cofradías y hermandades, el apoyo y colaboración por parte de las instituciones públicas es primordial.

La capital junto a sus 24 hermandades cuenta con una vistosa Semana Santa que sale a las calles con un patrimonio cultural y artístico de mucha calidad. Independientemente de nuestras creencias religiosas o no, la participación de la gente es total, “debemos sentirnos orgullosos de una ciudad que cuenta con esta rica Semana Santa y que merece ser valorada por todos”, destaca la alcaldesa, Eva María Masías.

Uno de los mejores apoyos con los que ha contado la Semana Santa de Ciudad Real es que durante los dos años que no se ha celebrado, se ha mantenido la subvención que desde el Ayuntamiento se ofrece a la Asociación de Cofradías y Hermandades de Semana Santa de Ciudad Real. “Ciudad Real puede presumir de tener una de las subvenciones más altas en Castilla-La Mancha para una asociación de cofradías y hermandades, de hecho, en el año 2019 cuando me hice cargo de la concejalía de Promoción Turística, Festejos y Tradiciones Populares, aumentamos esa subvención pasando de 32.000 euros a 40.000 euros que ha seguido manteniéndose en estos dos últimos años para poder ayudar en este tiempo a las diferentes cofradías y hermandades de la ciudad”, resalta Masías. Hay que destacar que, además de esa aportación de 40.000 euros, desde el Ayuntamiento se hace un esfuerzo económico importante durante todos los días que se celebra la Semana Santa. “Son muchas procesiones y muchas horas, y para que todo salgo perfecto, se necesita una cantidad de horas extra por parte de los servicios de mantenimiento, de seguridad, de movilidad, de medio ambiente, de limpieza, etc.,” concluye Masías.

Ruta de la Pasión Calatrava, un espectáculo único.- Son muchas y muy vistosas las diferentes procesiones que se realizan en nuestros pueblos y ciudades durante la Semana Santa. En la provincia de Ciudad Real, además de la Semana Santa de la capital, también está declarada de Interés Turístico Nacional la Ruta de la Pasión Calatrava desde el año 2016, la única a nivel comarcal de Castilla-La Mancha con este reconocimiento nacional y que moviliza a más de 20.000 cofrades y músicos de 50 hermandades y 20 bandas de música. Entre sus principales características están su vistosidad, su desarrollo historiado, sus escenificaciones y, por supuesto, la presencia de los Armaos. Estos Armaos son cofradías religiosas, con disciplina militar heredada de las tropas imperiales de la España del siglo XVI y XVII, que representan a las tropas del Imperio Romano durante la Semana Santa en esta Ruta de la Pasión. Además, la gastronomía de la Semana Santa de la comarca adquiere un valor fundamental con los dulces típicos como las torrijas, los rosquillos, las roscapiñas, los barquillos, los pestiños, los nuégados o las tradicionales flores de Calatrava.
La Ruta de la Pasión Calatrava es un espectáculo que trasciende el ámbito religioso para escribir una de las páginas más sentidas del Campo de Calatrava y que surge a iniciativa de la Asociación para el Desarrollo del Campo de Calatrava, formada por 15 municipios, aunque solo 10 de ellos son los que componen esta ruta; Aldea del Rey, Almagro, Bolaños de Calatrava, Calzada de Calatrava, Granátula de Calatrava, Miguelturra, Moral de Calatrava, Pozuelo de Calatrava, Torralba de Calatrava y Valenzuela de Calatrava.

El impacto económico que genera la Ruta de la Pasión Calatrava en los diferentes municipios es notablemente apreciable. En el año 2007, cuando fue declarada de Interés Turístico Regional, ya supuso un incremento importante de visitantes, algo que se acrecentó mucho más cuando se la declara en 2016 de Interés Turístico Nacional. “Estamos hablando de un crecimiento de un 500% desde estas declaraciones, con más de 100.000 visitantes cada año y llegando en alguno de ellos a los cerca de 130.000”, destaca la presidenta de la Asociación para el Desarrollo del Campo de Calatrava, Gema García.

El año 2020, la suspensión de la Ruta de la Pasión Calatrava supuso unas pérdidas de entorno al 30% en el sector hostelero y la pérdida total del 90% de plazas hoteleras que ya habían sido reservadas, “fue un golpe durísimo”, señala Gema García. Este año, aun con poder celebrar una Semana Santa “normalizada”, existe una gran incertidumbre. “Nos gustaría poder recuperar esas visitas turísticas de miles de visitantes de años anteriores a la pandemia y que se viese reflejado con un gran impacto económico para nuestra hostelería y comercio”. No obstante, “a esta pretensión le acompaña una gran incertidumbre, tanto por la Covid-19 como por la delicada situación que existe por el conflicto ucraniano”. Aun así, “la idea es que todos sumemos esfuerzos para que este año brille aún más nuestra Ruta de la Pasión, puesto que hemos vivido hace poco unos carnavales multitudinarios con una participación muy alta por parte de los vecinos y vecinas de los diferentes municipios del Campo de Calatrava y esa tendencia favorable es la que queremos que siga”, concluye la presidenta de la Asociación del Campo de Calatrava.

 

El juego de “Las Caras”

Una tradición centenaria en Calzada de Calatrava dentro de la Ruta de la Pasión

Calzada de Calatrava tiene una Semana Santa muy potente y con detalles que son únicos en la comarca y en la región. Es el caso del juego de “Las Caras” que se celebra en Viernes Santo. Se trata de un juego de azar en el que se apuestan importantes cantidades de dinero y que fue declarado de Interés Turístico Regional en el año 1993, practicándose desde épocas muy lejanas. Al parecer, tiene su origen en el primer Viernes Santo, cuando los romanos despojaron a Jesús de su túnica y se la jugaron a los dados. Una segunda hipótesis habla de que Judas se jugó las treinta monedas con las que entregó a Cristo y, una tercera hipótesis, que los soldados romanos pagaron monedas por la túnica de Jesús que habría sido subastada.

“Las Caras” suponen para el municipio una revolución total, donde la afluencia de visitantes se cuenta por miles. Este juego de azar, al que se juega con dos monedas auténticas del reinado de Alfonso XII, consiste en un círculo donde existe una persona en su interior que es la banca, y alrededor del círculo se colocan los apostantes –denominados puntos-, que quieran participar desde muy pequeñas cantidades de dinero hasta algo más elevadas. Además, la figura del “baratero” es esencial, que es la persona encargada del mantenimiento de la norma y de que se cumpla la tradición y no haya problemas. Estos “barateros” son los encargados a su vez, unos días antes, de preparar los corros pintando círculos con cal en la calle Real y en la plaza de España de la localidad. Asimismo, se organizan corros en el casino y en la obrera, que son dos sociedades recreativas privadas, pero que este día abren sus puertas a todo el mundo. Una vez hechas las apuestas de los participantes o “puntos”, la banca cubre las apuestas depositadas en el suelo y se coloca las dos monedas de cobre del reinado de Alfonso XII en la mano mostrándoselas al “baratero” para comprobar que estén bien colocadas, quedando a la vista la cara de las monedas, y las lanza al aire. Al caer las monedas contra el suelo llega el momento de la verdad. Si salen las dos caras hacia arriba, el “baratero” grita ¡Caras!, y la banca gana todo el dinero de las apuestas realizadas. Por el contrario, si al caer quedan visibles los dos escudos, entonces el “baratero” grita ¡Cruces!, y son los participantes o “puntos” quienes recogen el dinero de sus respectivas apuestas. Pero también puede ocurrir que al caer las monedas en una de ellas salga cara y en la otra cruz, en este caso, se vuelven a lanzar hasta que salga alguna de las dos anteriores mencionadas.

Miles de personas de toda la comarca, la provincia, la región e incluso de diferentes puntos de España, visitan este día Calzada de Calatrava con el fin de venir a jugar a “Las Caras”, una tradición de arraigo centenario. Difícil sería calcular el dinero que se mueve durante este día, miles de euros seguramente, incluso los cajeros automáticos se quedan vacíos.

Texto: Juan Diego García-Abadillo
Fotos: Exposición fotográfica Semana Santa Ayer&hoy