Nada más entrar en El Quijote te sumerges en su historia, en el trasiego de gentes y de platos manchegos, en la camaradería y el buen rollo entre camareros y clientes… Es uno de los bares históricos de la capital manchega, ahora dirigido por María Paz Rodríguez-Barbero García-Pardo, pero iniciado en el año 1969 por sus padres en un emplazamiento distinto al actual, ubicado en la plaza Mayor, cuyo deterioro y derribo les hizo trasladarse a la esquina de las calles Paloma con Lanza, frente a San Pedro, donde continúan actualmente, un edificio ya centenario pero en buen estado de conservación “y esperemos que dure muchos años más”, subraya la responsable.

El conocido como Cafetín de San Pedro es un lugar de culto para manchegos de pro, también para visitantes y turistas durante todo el año, aunque en Semana Santa El Quijote se convierte en un hervidero de cofrades y público en general por ser zona de paso de casi todas las procesiones de la Pasión ciudadrealeña, quizá uno de los lugares más privilegiados donde poder disfrutarlas, “por aquí pasan absolutamente todas las procesiones, es un caos, con los costaleros y penitentes saliendo y entrando… pero disfrutamos mucho, las procesiones de San Pedro, como la del Silencio, las sentimos como muy nuestras”, comenta Mª Paz.

En cocinas, la apuesta por la tradición manchega la han mantenido siempre, heredada de sus padres. Migas con pimiento, pisto manchego, gachas y calamares son algunas de las especialidades de la casa, si bien existe mucha variedad de tapas y raciones, además de platos combinados, hamburguesas, tostas o bocadillos. También se puede comer de menú, a 12 euros, con tres primeros y tres segundos.

La pandemia ha trastocado, como a muchos, su actividad habitual, con más jaleo a la hora de los desayunos pero menos en el aperitivo. Con ello, El Quijote abre de lunes a jueves solo por las mañanas, de 8:00 a 15:00 horas, ampliando ahora el horario los viernes y sábados también por la tarde, de 18:30 a 23:00 horas. Con la vacunación y el descenso de la incidencia acumulada por la COVID-19 pueden respirar algo más, al permitir acceder al interior y consumir en las terrazas, “aunque solo tenemos seis mesas fuera”. En plantilla están tres personas trabajando en cocina, barra y terraza, aparte del personal destinado a la terraza de Los Candiles, en el Parque de Gasset, también gestionada por Mª Paz Rodríguez-Barbero.