40 años de trabajo e ilusiones por cultivar y mantener las raíces del folclore autóctono de Miguelturra

Pedile antecedentes del para mí extrañísimo e incomprensible Nazarín y me dijo: «Este es un árabe manchego, natural del mismísimo Miguelturra, y se llama D. Nazario Zaharín o Zajarín. No sé de él más que el nombre y la patria; pero le interrogaremos para conocer su historia y su carácter, que pienso han de ser muy singulares, tan singulares como su tipo…” (Capítulo II, I Parte ‘Nazarín’, Benito Pérez Galdós, 1895).


Por la singularidad, sonoridad y como homenaje a la tradición literaria, los fundadores de la Asociación de Coros y Danzas de Miguelturra la bautizaron así, ‘NAZARÍN’, en 1982, recordando al sacerdote protagonista de la novela homónima de Galdós.
Desde aquel mes de marzo de los primeros años ochenta hasta nuestros días, Nazarín ha vivido intensamente y con gran ilusión 40 años de folclore autóctono manchego, de recuperación de viejas músicas y bailes, de indumentaria, de tradición…, transmitida de generación en generación. Costumbres y raíces cantadas y bailadas a lo largo y ancho de toda España, además de por Hungría, Italia, Portugal y allende el Atlántico, en Brasil, en sus más de 500 actuaciones, por decir alguna cifra, difícil de concretar ante la acumulación en ocasiones de citas sin programar.


Podríamos decir que Nazarín surgió de forma necesaria y casi espontánea. El folclore estaba en auge, otros pueblos ya estaban fundando sus grupos, había ganas de cultura en Miguelturra, el concejal del área, Julián Arévalo, era muy receptivo y fue un gran impulsor, ya había rondalla y alguna asociación juvenil…, “fue todo rodado, conocíamos gente de Mazantini y convocamos una reunión con los jóvenes, consiguiendo una participación inicial de casi 60 personas”, nos indica su actual presidenta y una de las fundadoras de Nazarín, María Dolores Asensio.

Izq.: Primera foto de la Asociación de Coros y Danzas Nazarín en 1982. Centro: Inma Martín, Jesús Molina, Mª Dolores Asensio y Manuel Palmero, en la sede. Dcha.: Nazarín en su salida internacional más lejana en Sao Paulo en 2005.


Con tal cantidad de gente, se dividieron en dos grupos ensayando desde el primer momento. En apenas siete meses se estrenaron con bailes a la Virgen de la Estrella en su festividad de septiembre. Sin sede por entonces, comenzaron los ensayos en un antiguo colegio de chicos hoy centro cultural (donde continúan ensayando actualmente), aunque las reuniones se celebraban en algún salón del Ayuntamiento o en el mismo lugar. En 1989-90, Nazarín adquiere un local, en el número 2 de la calle Ínsula Barataria, de Miguelturra, “necesitábamos un lugar donde poner nuestros recuerdos, reunirnos y ser el lugar de encuentro de los componentes de la asociación”, comenta Asensio. A los 3 o 4 años se inician las obras de reforma “de lo que era una cochera”, apostilla Manuel Palmero, tesorero de la Asociación, para convertirla en sede permanente de Nazarín, inaugurada en el año 1994 por el entonces delegado de Cultura, Santiago Moreno.


Dómines, jotas y fandangos.- Como hormiguitas, Nazarín ha ido recopilando en sus 40 años de existencia un sinfín de piezas folclóricas, para lo que han ‘bebido’ de diversas fuentes, de la tradición oral de los más ancianos de Miguelturra, de otros grupos folclóricos y de la Federación de Folclore de Castilla-La Mancha con la que se han intercambiado varios bailes y de la que son miembros fundadores entre otros grupos. Entre sus piezas locales han recuperado la Jota de Miguelturra, la Jota de la Aceituna, el Fandango de Miguelturra y los dómines. Para quien no es miguelturreño, el dómine es un canto tradicional jocoso que se celebra cada Sábado de Gloria donde se mantea un judas en la calle, “son cantos de cuatro versos a capella sin instrumentación, donde las mujeres exteriorizan sus críticas hacia los maridos, antiguamente también a la iglesia y al poder civil”, indica Asensio. En este sentido, Nazarín editó en 1997 un CD con dómines, además de bailes y canciones de su repertorio.

Inauguración de la sede en 1994 y 25 aniversario de Nazarín.


La Asociación de Coros y Danzas Nazarín ha recorrido numerosas ciudades y pueblos por toda la geografía española, ha visitado la vecina Francia en un par de ocasiones, además de Portugal, Hungría y han saltado el charco, participando en un festival de Sao Paulo (Brasil) durante una semana, en el año 2005, “ha sido el viaje más largo realizado por Nazarín, fue muy emotivo, de vez en cuando es necesario un viaje así, para la sana convivencia de los miembros y el fortalecimiento del grupo”. Entre otros reconocimientos ganaron la Reja de Oro en el festival de Mayos de 1993 de Pedro Muñoz y fueron primer premio en el festival de folclore de Trillo (Guadalajara).

Curiosidad e ilusión por conocer las raíces.- En este 40 aniversario, además de los dómines, los mayos, el festival de folclore de julio, los bailes a la Virgen de la Estrella, villancicos en diciembre y actuaciones durante el verano, han programado un gran festival para el 17 de diciembre en el Teatro-Cine Paz de Miguelturra, un espectáculo con reconocimientos a la cultura y al propio Nazarín, además de con invitados de otros grupos de folclore.

Primer premio en el festival de Mayos de Pedro Muñoz en 1993 y manteo de Judas en los dómines del Sábado de Gloria.


Para los integrantes entrevistados de la Asociación, estos 40 años de vida de Nazarín han significado sobre todo ilusión. Para Manuel Palmero, el folclore le ha aportado además el conocimiento y la riqueza de diferentes culturas, idiomas y gentes, mientras que para Jesús Molina, secretario de Nazarín, es la herencia de una transmisión cultural y el mantenimiento de un legado gracias a nuevas generaciones como sus hijas. Por último, María Dolores Asensio valora las ganas de trabajar y la curiosidad por conocer las raíces, “todos se han mostrado ilusionados por aprender bailes, canciones, buscar en viejos baúles refajos antiguos, etc.”.


Enhorabuena Nazarín por estos 40 años de trayectoria. Si el sacerdote de la novela de Galdós levantara la cabeza, estaría tremendamente orgulloso de la asociación, como lo está el pueblo de Miguelturra.


Texto: Oliva Carretero Fotos: Ayer&hoy, cedidas por Nazarín