Dr. Luis Marín Morales / Traumatólogo
Cofundador de MAETRA

Es la causa más común de talalgia plantar en el adulto. Afecta al 10% de la población en algún momento de su vida. El dolor está causado por degeneración colágena en la inserción proximal de la fascia plantar en el tubérculo medial del calcáneo. La causa de la degeneración son las microrroturas repetidas en la fascia plantar. Los principales síntomas son dolor e inflamación en la zona de inserción de la fascia en la tuberosidad medial del calcáneo, que empeora al realizar los primeros pasos tras un período de reposo, con la bipedestación prolongada, andar descalzo y con la dorsiflexión de los dedos del pie. El dolor tiende a disminuir tras unos minutos o incluso desaparece. En los casos más severos, el dolor también empeora a lo largo del día.

Las causas son muy diversas, pero normalmente se atribuye a una sobrecarga mecánica, que produce microrroturas en la zona de inserción de la fascia, siendo más frecuente en pacientes obes@s de mediana edad. Otros muchos factores aumentan la tensión en la fascia: al margen de la obesidad, la rigidez del tendón de Aquiles, el pie cavo o plano, la disminución de la dorsiflexión del tobillo y el calzado inadecuado. En el examen físico destaca un punto máximo de dolor en la región anteromedial del calcáneo, aunque puede referir dolor a lo largo de toda la zona plantar. El dolor puede empeorar al ponerse de puntillas.

Para el diagnóstico lo más importante es la exploración física. Nos podemos ayudar también de unas radiografías en carga para ver la anatomía del pie, así como comprobar si existe un espolón calcáneo. A este respecto tenemos que comentar que la presencia de un espolón no necesariamente se corresponde con los síntomas del paciente. Se ha comprobado que el 50% de los pacientes con Fascitis Plantar no presentan espolón, y por el contrario muchos pacientes que tienen espolón no presentan ningún dolor. La ECO y la RMN pueden resultar de ayuda en el diagnóstico para comprobar el engrosamiento de la Fascia o incluso la presencia de las microrroturas.

En cuanto al tratamiento, el escalón inicial incluye los vendajes funcionales, plantillas preconformadas o taloneras, así como AINEs y analgésicos tópicos.

Las infiltraciones con corticoides están indicadas en los casos rebeldes a los tratamientos anteriores. No hay consenso en el número de ellas que se deben realizar, si bien no es recomendable la utilización de más de 3 en un período de 6 meses. En cualquier caso, si con la primera dosis no encontramos efectividad no debería infiltrarse una segunda.

Los estiramientos excéntricos y los autoestiramientos están también considerados como tratamiento de primera línea. Todo ello se puede complementar con un tratamiento Fisioterápico completo en el que se incluye la utilización de las ondas de choque y más recientemente la RMN terapéutica.

El fracaso de estos 2 escalones conduciría a la necesidad del tratamiento quirúrgico. La pregunta es la siguiente: ¿cuánto tiempo esperar para llegar a la cirugía?. Hay que motivar al paciente para que tenga paciencia. Muchas veces se resuelven de forma autolimitada en unos meses.

Si no fuera así habría que recurrir a la intervención quirúrgica, y para ello es muy importante conocer donde está la causa. Si se debe a una retracción gemelar estaría indicada una liberación del gemelo interno cerca de la rodilla. Otras veces se debe a una compresión de un nervio cercano al tobillo (nervio de Baxter), en cuyo caso su descompresión suele dar muy buenos resultados. En el resto de casos el tratamiento es la Fasciotomía (romper parte de la fascia plantar para disminuir su tensión). Se puede hacer abierta o percutánea, aunque la tendencia actual es a esta última porque la recuperación funcional es mucho más rápida.