Dr. Luis Alberto Marín Morales / Traumatólogo Cofundador de MAETRA

Aunque suene a una avería del coche, la tendinitis del manguito de los rotadores es una de las patologías más frecuente en nuestra consulta de traumatología y se refiere a la irritación de estos tendones e inflamación de la bursa (una capa normalmente lisa) que recubre dichos tendones Es importante diferenciar 2 conceptos:

• Tendinitis: inflamación del tendón. (Aunque este término se usa con frecuencia, la mayoría de los casos de tendinopatía no están relacionados con una inflamación considerable).

• Tendinosis: microdesgarros. (rupturas pequeñas) en el tejido del tendón sin causar una inflamación apreciable.

Generalmente ocurre en adultos jóvenes por un esfuerzo repetitivo o sobrecarga del hombro. Esto provoca que algunos músculos trabajen más que otros, debilitando la zona de los tendones. Son especialmente frecuentes en el ámbito laboral y deportivo, debido a que existen gestos muy cotidianos en ambos casos. En los adultos mayores, lo que existe es una degeneración del tendón debido al envejecimiento de los tendones. El dolor del manguito rotador comúnmente se produce a la presión en la parte frontal del hombro. Se puede tener dolor y rigidez cuando se levanta el brazo. También puede haber dolor cuando el brazo desciende de una posición elevada. Es muy frecuente la dificultad para peinarse y en las mujeres para abrocharse el sujetador, y muy significativo es el dolor en la cama. Al diagnóstico se llega después de una buena historia y exploración clínicas. La Ecografía en la mayoría de los casos nos confirmará nuestras sospechas y solo en casos de duda diagnóstica o que valoremos un tratamiento quirúrgico podríamos recurrir a una RMN. En la mayoría de los casos con la ECO es suficiente. El objetivo del tratamiento es reducir el dolor y restablecer la función. En la mayoría de los casos, inicialmente se recurre al tratamiento convencional. Aunque este tratamiento puede durar semanas y meses, muchos pacientes experimentan una mejoría y recuperación gradual de la función. Incluyen el reposo relativo (evitar actividades con el hombro por encima del nivel de la cabeza), Crioterapia (frío local), AINEs, y la madre de todas las terapias iniciales… LA FISIOTERAPIA. Con un buen protocolo Fisioterápico se consiguen buenos resultados en más de un 75% de los pacientes. Solo recurrimos a las inyecciones de Corticosteroides en caso de que el tratamiento convencional no esté dando resultado, NUNCA como primera opción. Cuando no hemos aliviado el dolor de ninguna de las maneras, cabría la posibilidad de una cirugía, con el objetivo de crear más espacio y evitar el roce del manguito rotador. Dos posibilidades que se pueden seguir son la cirugía abierta y la artroscopia, aunque la primera está prácticamente abandonada. Si el tendón está roto se procedería en el mismo acto a realizar su sutura con anclajes. Tras la cirugía, se llevaría a cabo la rehabilitación de ese hombro. El brazo quedaría en cabestrillo durante un corto período de tiempo para una cicatrización más temprana. La segunda fase sería iniciar un programa de ejercicios específicos para sus necesidades y tipo de intervención.