Nada ayuda más que saber por qué suceden las cosas
Sabías que nuestro mayor órgano del cuerpo es la piel? Es tan sensible y fuerte a la vez, que es digna de tener en cuenta. Hay dos vías de información, que utiliza la piel para decirnos lo que pasa en nuestro cuerpo, que es más digna de tener en cuenta de lo que normalmente hacemos, posiblemente porque no somos muy conscientes de ello. ¡Vamos a verlo!
Una vía es de adentro hacia afuera, y la otra de afuera hacia adentro. Nuestros sistemas nervioso, circulatorio y hormonal están íntimamente ligados con la piel, es por ello, que nos transporta tanta información. Ahora que estamos en pleno invierno, lo primero a lo que reacciona la piel es a la temperatura, es, por decirlo de una manera gráfica, el termostato de nuestro cuerpo, pero, a nivel temperatura, también nos da información desde otra perspectiva, que se deriva de nuestro sistema hormonal, las famosas acaloradas o sofocos, que se producen como reacción a los desniveles que el sistema hormonal detecta, no solo durante la menopausia, también por alteraciones de la glándula tiroides, y/o por medicaciones que involucren ambos sistemas.
De igual manera el mayor y mejor detector de la salud de nuestro cuerpo es la temperatura corporal. La fiebre nos alerta de las infecciones, y la frialdad de algunas zonas del cuerpo puede ser un síntoma de falta de buen riego sanguíneo. El tono amarillento de la piel también da pistas de desequilibrios hepáticos. Otro ejemplo más saludable es, como al hacer ejercicio, el calor corporal produce enrojecimiento de la piel y sudor para ventilar el cuerpo y eliminar toxinas a través de ella.
A todo esto, te estarás preguntando el porqué de dar toda esta información en una columna de estilismo y asesoría de imagen. Pues te lo explico. La belleza de la piel pasa por su cuidado y, después de 42 años de profesión, he podido ver que nada ayuda más a cuidarse que saber por qué suceden las cosas, y así atrevernos a ponerle remedio de una forma más clara y eficaz.
Para ayudar a tener la piel en buen estado hay que conocerla bien. La flacidez, la piel de naranja y la falta de luminosidad suelen ser consecuencia no solo de la edad, los malos hábitos alimenticios, la falta de ejercicio, los excesos de medicación, de alcohol y tabaco, sino también demasiada exposición al sol, o al aíre frío del invierno, que producen estrés en la piel alterando su equilibrio.
Consejos: Una buena circulación sanguínea aporta oxigenación y nutrientes, es por ello muy conveniente tener buenos hábitos de vida saludable, algo que ya sabemos todos, imagino que no te descubro nada que no sepas, pero, como no siempre ocurre, cuando notemos que nuestra piel no tiene luminosidad, y parece como sin vida, puedes ayudarla desde fuera. Una buena limpieza y exfoliación desintoxicará una piel colapsada de impurezas, junto a la electro estimulación con masajes adecuados (hay una gran diversidad de tratamientos en estética profesional), contribuyen a un mejor aporte sanguíneo y mayor tensión en la zona de piel tratada.
Y por otra parte, la constancia en tratar la piel a diario siempre te va a ayudar a tener más luminosidad y una menor tendencia a la flacidez, y a que la inevitable aparición de arrugas sea más leve y tardía. Así que, ahora, con los fríos mañaneros no salgas sin protegerla. Y recuerda si te cuidas, tu piel estará más bonita.
Si quieres más información mi correo es ino@inopeluquerias.com o a través de esta revista Ayer&hoy.