Cuando una persona que no está acostumbrada a estar en contacto con la naturaleza, a salir al monte, lo prueba y le gusta, está perdida, ha caído bajo su influjo, el influjo de un medio natural cargado de belleza paisajística, muy diferente y diversa; de fauna y flora autóctona de la zona, pero también de historia, de patrimonio, de cultura, de tradiciones… Los cinco sentidos, cuales puertas abiertas como las del campo, se empapan de esa riqueza que se descubre a cada paso en el camino, en el sendero, en la ruta… Todo está por ver y conocer, nada está por ocultar salvo actitudes o comportamientos equívocos en el campo, también ahí hay reglas, unas reglas muy sencillas y fáciles de digerir. A cambio, el disfrute de hacer senderismo es mayúsculo, metiéndose el verde en vena cual afición súper saludable.

La sana costumbre de caminar se originó en la vecina Francia después de la Segunda Guerra Mundial y, como un efecto dominó, se fue propagando por el resto de países europeos que veían en la creación y recuperación de caminos y senderos una importante actividad deportiva y de ocio. En España se parte de la década de los años 70. Sin embargo, siendo menos estrictos etimológicamente, el senderismo se practica desde que el hombre es hombre, no con la finalidad lúdico-deportiva de hoy en día, pero sí como medio de transporte y forma de vida, en pleno contacto con la naturaleza.

La Federación Española de Deportes de Montaña y Escalada (FEDME), a la que está adscrito el senderismo, lo define como una práctica deportiva no competitiva que se desarrolla en el medio natural, en vías tradicionales señalizadas y homologadas, no precisa de una gran preparación física ni técnica ni tampoco un equipamiento muy cualificado. Aparte del senderismo, bajo este paraguas federativo se incluyen otras disciplinas como el trekking, la escalada, el alpinismo, el esquí de montaña, la marcha nórdica, el barranquismo, carreras por la montaña, etc. El senderismo y el trekking, los más parecidos, difieren en los recorridos, mientras que el primero lo hace por caminos, cañadas o senderos homologados, el segundo se practica fuera de éstos y puede ser más exigente. En la marcha nórdica, originaria de Finlandia, también se camina, pero obligatoriamente ayudados con bastones, simulando el movimiento aeróbico del esquí.

El sendero o camino es para el senderista como la pista de atletismo para el atleta. No todos los senderos están homologados, aunque en la práctica senderista como fin último se aboga por utilizarlos y mantenerlos, sean de la tipología que sean. De la homologación y marca registrada se ocupa la FEDME, o las distintas Federaciones territoriales, en Castilla-La Mancha es la FDMCM (Federación de Deportes de Montaña de Castilla la Mancha), así como de la gestión y revisiones para dicha homologación por técnicos en senderos. La puesta en marcha de los senderos (señalización, colocación de paneles interpretativos, diseño) se encarga el promotor o empresas especializadas contratadas por éstos, una vez que el promotor, sea público o privado, termina la obra, la federación se encarga de emitir el certificado de homologación si todo está correcto según el reglamento federativo. Se tipifican tres tipos de senderos: Gran Recorrido (GR) en colores blanco y rojo, de más de 50 kilómetros y a desarrollar durante más de una jornada; Pequeño Recorrido (PR), identificados en color blanco y amarillo, de una longitud máxima de 50 kilómetros, y Senderos Locales (SL), blanco y verde, de una distancia máxima de 10 kilómetros. Estas redes están sujetas a un reglamento general, en el caso de Castilla-La Mancha la actualización y aprobación del mismo es reciente, de mediados de marzo, tras una asamblea de la Federación de Deportes de Montaña de Castilla-La Mancha en Oropesa (Toledo), falta que dé el visto bueno la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha para su entrada en vigor.

Si eres un neófito del senderismo, los clubes senderistas o las empresas de turismo activo son dos de las mejores opciones para empezar a empaparse de naturaleza, aunque desde los ayuntamientos y otras entidades también se promueven rutas aptas para todos los públicos.

El senderismo y su potencialidad turística
La Organización de Cooperación y Desarrollo Europeo (OCDE) así como la CEOE española han subrayado las potencialidades turísticas del senderismo como actividad generadora de empleo y riqueza en el medio rural. Senderismo o ciclismo, entre otros, se catalogan como un turismo lento aún por explotar plenamente en muchos de nuestros municipios enclavados en entornos naturales, si bien varios estudios refieren la sinergia con el patrimonio, la historia, la gastronomía o la etnografía como la estrategia a desarrollar. El caso más exitoso en España de este turismo lento, de trascendencia internacional, es el Camino de Santiago, aunque diputaciones, comunidades autónomas y ayuntamientos están apostando firmemente por potenciar este tipo de recursos en su zona.

Cristalino es para el presidente del club senderista Zancajos, Pedro Padilla, el impacto positivo del senderismo en las zonas rurales, “la llegada de 20 ó 50 personas acaba repercutiendo en ese territorio, en la hostelería con comidas o alojamiento, todas las actividades al aire libre están dejando riqueza en el medio rural; si te limitas a ir por senderos o caminos públicos estás haciendo una actividad muy sostenible a la vez que estás aportando recursos a las comunidades rurales, imprescindibles para el mantenimiento del entorno”.

Al albur del interés por el medio natural y el desarrollo de espacios naturales protegidos nacieron hace años empresas de turismo activo y ecoturismo con una gran diversidad de actividades a lo largo del año. La montaña, la sierra o los enclaves rurales son su lugar de trabajo, los conocen al dedillo por lo que su oferta va más allá de una ruta senderista al uso en la mayoría de los casos. La finalidad de su trabajo, apunta David Oliver, de Madronactiva, es que el senderista disfrute, “nos preocupamos de solventar cualquier problema, la incompatibilidad de usos, el estado de los caminos, cualquier accidente…”. La pandemia les ha brindado ‘la oportunidad’ de visitar las rutas con grupos reducidos, “hay que buscar el lado positivo de las cosas, que vengan cinco o diez personas a un recorrido en vez de 40 como antes, aparte del menor impacto, enriquece más a los participantes porque están más atentos a las explicaciones del guía”.

En su caso, son empresa de turismo activo y ecoturismo que cuenta con permisos para poder realizar actividades en espacios naturales protegidos, siendo el parque natural Valle de Alcudia-Sierra Madrona su principal ‘oficina’, “ello significa que somos conocedores de la normativa de estos lugares protegidos que debemos cumplir y hacer cumplir –recogida en algunos casos en el Plan Rector de Uso y Gestión (PRUG)-, además de que debemos solicitar permisos como empresa que realiza una actividad económica en el parque”.

En materia de formación para empresas como la de David no existe una única opción, “para hacer ecoturismo no hay formación específica más allá de estar dado de alta como empresa, pero en turismo activo sí se está exigiendo en función de la actividad; en el caso de trabajar en espacios protegidos, depende de la normativa de cada sitio, en Cabañeros solicitan tener formación de guía de parque nacional, en Ruidera solo darte de alta y pagar todos los años…”.

Los clubes senderistas
Entre las voces más experimentadas en esto de andar están también los clubes senderistas que, si algo les define, es su afán por dar a conocer el espacio natural que les rodea. Si se conoce, se protege y si se protege, se conserva para que lo disfruten las generaciones venideras, afirman. Una de esas voces es la de Vicente Luchena, de Ecologistas en Acción-Valle de Alcudia, 30 años organizando rutas, pioneros a nivel provincial, parten de la idea de dar a conocer el territorio para defenderlo de proyectos agresivos medioambientalmente hablando y de acercar a vecinos y visitantes los valores naturales, culturales e históricos de nuestro entorno más cercano. Con el tiempo han recorrido miles de kilómetros por toda España: Ordesa, Picos de Europa, Santiago pero también lo más cercano, Ciudad Real, Toledo, Jaén, Córdoba, Badajoz… Por su parte, Pedro Padilla, del club Zancajos de Argamasilla de Alba, fundado en 2009, lamenta el propio desconocimiento del medio natural, “está el estereotipo de que la gente de ciudad es urbanita y no conoce las cosas del campo, pero tampoco los que somos de pueblo, los chavales no tienen ni idea y, cuando organizamos alguna actividad específica para ellos, se quedan boquiabiertos”.

Organizar una ruta senderista para 50-60 personas (un autobús) es complejo, “en nuestro caso, recorremos el itinerario con antelación para evitar sorpresas, lo hemos hecho incluso en Santiago, con el fin de ir con la garantía y seguridad de que lo que vamos a encontrar es lo que hemos previsto”, indica Luchena, al tiempo que añade que un gran problema es el cierre de caminos públicos, cuestión en la que coincide Padilla. Para disfrutar de la ruta, también es indispensable preguntar a las autoridades si en esa fecha se están realizando otras actividades como la caza para cambiar el itinerario o la fecha. Padilla añade que es importante dejar todo bien dispuesto, como los seguros de responsabilidad civil y de accidentes en vigor, la inscripción, fletar un autobús… En ambos casos, la era Covid los ha dejado sin poder hacer rutas en autobús, aunque Zancajos continúa a menor escala con rutas por su localidad o la provincia, desplazándose en vehículo particular.

Todas las rutas de EA-Valle de Alcudia son diseñadas por caminos públicos, con el fin de que el propio senderista pueda volver a hacerla a posteriori por su cuenta, sabiendo el trazado y el valor histórico-cultural del camino, aspecto en el que inciden especialmente, “nos gusta decir que organizamos itinerarios interpretativos”, subraya Luchena.

Normas de comportamiento
El encierro y confinamiento al que nos han sometido las autoridades por la pandemia de la COVID-19 ha provocado casi una salida en desbandada al campo y al monte, algo lógico, comprensible y totalmente necesario, aunque los especialistas en materia senderista, sin pretender aguar la fiesta a nadie, puntualizan que esta salida debe hacerse de forma ordenada y con cuidado, “los espacios naturales pueden sostener una capacidad de carga determinada, el medio acuático es aún más sensible, por lo que es preciso ordenar esas visitas y evitar la masificación, por el bien del entorno”, indica Pedro. En su opinión, ir al campo es como cuando se va al cine o al teatro, hay que comportarse, “en el campo no se va provisto de un palo dañando la vegetación ni dando voces como si no hubiera un mañana”.

La falsa creencia de que en la naturaleza todo está permitido, como es de todos y de nadie a la vez, ha llevado a actitudes y comportamientos equivocados. Como bien dice Padilla, “el campo debe quedar exactamente igual a como lo encontramos, podemos llevarnos sensaciones, recuerdos, fotografías, pero la basura hay que llevársela, no se la puede dejar colgada en un árbol esperando, a qué, a que pase el camión de recogida”, se pregunta irónicamente. Por muy cursi que pueda parecer, añade, “al campo se va a disfrutar de la naturaleza, a escuchar el ruido del agua, el sonido de las aves, el silencio…”. Pone de ejemplo las rutas nocturnas de agosto, contemplando la luna y las estrellas en la oscuridad, “algo que hemos perdido y recomiendo a todo el mundo que lo haga alguna vez”.

De similar opinión es David, de Madronactiva, “generalmente todos estamos concienciados del respeto al entorno, pero sí que hay comportamientos a corregir, es un error muy común dejar las peladuras de frutas en el campo, pensando que se van a degradar, pero lo cierto es que en algunos casos pueden originar el cambio de la pauta alimenticia de la fauna, como pasa en Cazorla con los zorros al pie del camino esperando la comida de los visitantes”.

Otro error muy común es el de salirse del camino, “cuando existe una ruta, un sendero homologado está ahí por muchos motivos, y el no seguirlo, además de erosionar más el espacio –más en los casos donde hay masificación de gente- puede conllevar la desorientación del senderista y llegar a perderse”. En este sentido, Javier Bermejo, de la vocalía de senderos de la Federación de Deportes de Montaña de Castilla-La Mancha explica que un sendero señalizado y homologado siempre va a advertir a la persona de cualquier riesgo u obstáculos en el itinerario, ante la necesidad por ejemplo de vadear un río le va a indicar del “riesgo” existente, además de que dicha senda cuenta con los permisos pertinentes para poder transcurrir por ellos.

En definitiva, si va de senderismo, respete el medio que pisa y a su ecosistema, evite salirse de los senderos homologados y DISFRUTE. Como hemos dicho pocas reglas y muchos beneficios a cambio, también saludables. Aprovechen, salgan al campo esta primavera, está espectacular.

 

La recomendación del podólogo

A la hora de vestir nuestro pie, los calcetines suelen ser los grandes olvidados

En el senderismo, el que más sufre es nuestro pie, de ahí la importancia de hacer una práctica en progresivo, de menos a más; cumplir con unos cuidados mínimos y utilizar una adecuada protección de calzado deportivo y de calcetines.

Así lo recomienda el podólogo Fernando Galán Gallego, director de la clínica SAC, quien advierte que el pie “es una estructura muy pequeña y compacta que aloja la cuarta parte de toda la estructura ósea del cuerpo, además de una importante zona muscular y nerviosa”, de ahí la necesidad de ir poco a poco para evitar lesiones, “en mi consulta son frecuentes los casos de personas que han hecho el Camino de Santiago y han sufrido fricciones, ampollas, roces…, recorrer 25-30 kilómetros diarios es duro, por lo que siempre aconsejo prepararse y recorrer antes esa misma distancia para ver cómo responden nuestros pies, además de cuidar la piel, hidratarla, quitar durezas…”. Las lesiones más habituales, además de en la piel, suelen ser problemas musculares como la tendinitis, sobrecargas o fascitis plantar.

A la hora de vestir nuestro pie, los calcetines suelen ser los grandes olvidados, “es fundamental que sean calcetines técnicos, muy ajustados al pie, si es posible sin costuras y eviten la excesiva sudoración; pueden encontrarse en cualquier tienda de deportes”, explica el doctor Galán. En materia de calzado, debemos utilizar la talla correcta, que sea transpirable y sujete el tobillo, “si subimos a la montaña, lo más idóneo son unas botas; en suelo llano y cómodo, unas zapatillas pueden servir, en ambos casos, la suela debe ser gruesa, antideslizante, ajustada al terreno que pisamos y con dibujo profundo”. En ningún caso, ponerse zapatillas o botas nuevas para largas caminatas, utilizarlas antes en tramos cortos.

Como último apunte, para aquellos que se exigen más y quieren superar retos deportivos, el especialista aconseja hacerse una revisión primera para analizar la pisada, la forma de caminar, el calzado, los calcetines, el entreno, los cuidados de la piel…, “es importante hacerlo al igual que curar lesiones anteriores para evitar males mayores”.

 

Senderismo y salud

Beneficios para el cuerpo y para la mente

Miguel Ángel Monescillo Rodríguez, médico del Centro deSalud de Malagón

Si hacer ejercicio, en general, tiene efectos positivos sobre el organismo y es prácticamente imprescindible para tener buena salud, practicar senderismo incrementa notablemente los beneficios del deporte, tanto físicos como mentales.

Es barato, no es competitivo, se suele efectuar en grupo y se está en contacto con la naturaleza, respirando aire puro y de calidad. Es cierto que pueden existir muchos niveles técnicos pero, en líneas generales, no es un deporte muy exigente y permite ir marcándose pequeños retos que mejoren el estado físico, la resistencia y la capacidad pulmonar.

Como deporte aeróbico, ayuda a controlar y disminuir los niveles de glucosa, colesterol, tensión arterial y peso. Igualmente, puede contribuir a relajar las tensiones musculares y prevenir la osteoporosis.

No podemos olvidarnos de los beneficios psicológicos: el senderismo relaja la mente, nos aporta paz interior para hacer frente a las exigencias del día a día, reduce el estrés, potencia la memoria y facilita un sueño reparador. Asimismo, nos ayuda a socializar y a afrontar mejor el trabajo en equipo, mejorando la solidaridad y el compañerismo. No queda duda que el senderismo es un deporte muy recomendable y más en estos meses donde el campo está espectacular: ¡A caminar!

Texto: Oliva Carretero Ruiz. Fotos: Cedidas por Francisco Javier Bermejo (Brezotur), los clubes senderistas EA-Valle de Alcudia y Zancajos, y la empresa Madronactiva