Carlos Peña Sánchez / Agente de Helvetia Seguros

En una sociedad como la actual, en la que se nos invita a consumir a todas horas (mientras damos un paseo por la calle, cuando vemos la televisión, nos conectamos a Internet, escuchamos la radio, etc.), es importante que sepamos administrar y gestionar muy bien nuestro dinero para poder afrontar nuestros gastos actuales y aquellos imprevistos que puedan surgir.

No se trata de no gastar, sino de reservar parte del dinero que tenemos ahora para el futuro. Y para que el ahorro sea verdaderamente efectivo este hábito debe ser constante, disciplinado y de largo plazo. Por ello, conviene inculcar a los niños desde edades tempranas el valor del dinero, lo que cuesta conseguirlo y la importancia de saber administrarlo bien.

Según los expertos, una de las mejores estrategias para que los niños aprendan a ahorrar es ponerles una meta u objetivo. Así, por ejemplo, si nuestros hijos llevan meses interesados en un juguete, lo que podemos hacer es retarlos a ahorrar para que puedan comprárselo ellos mismos. Si les tenemos asignada alguna pequeña paga mensual o semanal, podemos ayudarles a calcular qué cantidad tendría que guardar y durante cuánto tiempo para poder conseguir el dinero necesario para adquirirlo.

Es importante que los niños sepan que el dinero no cae del cielo y que para conseguirlo se necesita mucho esfuerzo y dedicación. En este sentido, se les puede asignar algunas tareas diferentes a sus obligaciones diarias para que las hagan en casa y luego recompensarles por ello. Así irán asumiendo responsabilidades y tomando consciencia de lo que cuesta conseguir las cosas.

Al ahorrar también aprenderán a elegir y a establecer prioridades, pues deberán decidir qué van a querer comprar con ese dinero y a qué otras cosas deberán renunciar para poder hacerlo.

Desde pequeños también se les debe enseñar qué cosas van a ser útiles para ellos y cuáles no lo serán tanto para que no realicen gastos innecesarios y compren lo que realmente necesitan.

Además, gracias al ahorro, los niños aprenderán un valor muy importante y que les será muy útil a lo largo de su vida: la paciencia. Sabrán que las cosas no siempre se consiguen al momento, sino que muchas veces se requiere de tiempo.