El gorro de chef, conocido como “toque o toca” en términos culinarios, es mucho más que un simple accesorio de moda en el mundo de la cocina. A lo largo de los años, esta prenda ha sido un símbolo de respeto, tradición y profesionalismo en las cocinas de todo el mundo. Uno de los motivos fundamentales detrás de la adopción del gorro de chef es la higiene. Usarlo evita que los alimentos y platos que el chef y cocineros preparan se contaminen. Y la parte simbólica está ligada a la jerarquía que existe en toda cocina. Con él se consigue diferenciar a los cocineros por el rango que ocupan. La invención del gorro de chef de la forma en que lo conocemos a día de hoy se atribuye a Marie-Antoine Carême, un famoso chef francés y considerado uno de los fundadores de la alta cocina del siglo XIX. El tamaño y la altura del gorro de cocina se convirtieron en un símbolo de estatus en las cocinas. Cuanto más alto era el gorro, mayor era la experiencia y la jerarquía del chef. En su origen contaba con 100 dobleces que significaban la experiencia del chef que lo portaba. Y, además, como dato curioso también representaba las 100 formas diferentes mediante las que es capaz de preparar un huevo un chef.