Cuando la genialidad y el virtuosismo están subidos en el escenario, da igual que no sea tu estilo de música, da igual que no lo hayas escuchado antes en vivo, da igual todo, el tiempo se detiene y la magia lo envuelve todo. Con el público en pie finalizó el conciertazo de Manuel Blanco, el mejor trompetista del mundo, nacido en Daimiel, poniendo un magnífico broche de oro al ciclo de conciertos en espacios y lugares emblemáticos de la provincia organizados por la Diputación Provincial de Ciudad Real. Actuación además solidaria a beneficio de la asociación daimieleña de familiares y enfermos de Alzheimer, AFADAL.

Con la humildad de los grandes, Manuel Blanco deleitó durante más de dos horas al público, a su público, donde estaban sus amigos de la infancia y su familia, a los que dedicó algunas de las piezas interpretadas. Acompañado magistralmente por el pianista Pepe Rivera, el contrabajista Reinier Elizalde ‘El Negrón’ y el batería Michael Olivera, Manuel Blanco se vació en el escenario, dando lo mejor de sí, con esos ‘desarreglos’ de trompeta de clásicos y ritmos de jazz latino, recordando al gran Leonard Bernstein, entre otros, que transportó al auditorio a un gran y delicioso viaje, preguntándose, preguntándonos, si estábamos en Daimiel, en Nueva York, en Munich o en Los Ángeles. Fuera el que fuera el lugar, las casi 1.500 almas fuimos testigos de un concierto único e histórico en estas tierras manchegas de un trompetista, actual trompetista principal de la Orquesta Nacional de España, que está cosechando notables éxitos por todo el planeta.

Mención merecen la maestría de los grandes músicos que estuvieron con Blanco en el Auditorio Municipal de Daimiel. Pepe Rivera está considerado como el mejor pianista del mundo de jazz latino, ha girado con artistas de la talla de Celia Cruz, Ana Belén, Diego ‘El Cigala’, Pasión Vega…, nominado a los Grammy Latinos; el cubano Reinier Elizalde ha grabado con Chucho Valdés y actuó con la banda Los Van Van junto a César ‘Pupy’ Pedroso, considerado el maestro de la timba cubana. Michael Olivera por último es un virtuoso de las baquetas y del jazz, con composiciones personales únicas y geniales, que ha tocado junto a reconocidos artistas como Tomatito o Sting.

Pero hubo más de lo que se puede escuchar en su disco ‘Fearless’. Manuel lo había medido todo al milímetro para agradecer a Daimiel lo que su ciudad le ha dado. Una pieza donde interpretó el concierto de Aranjuez a trompeta, bailado por la magnífica Laura Daganzo, de la Compañía Nacional de Danza, que dejó al respetable boquiabierto y pegado a la silla. Puro arte en escena. Una genialidad artística que tocaba el cielo, sacando las emociones a flor de piel.

Cerró el concierto con un homenaje a su amigo y gran músico de Buenos Aires, Daniel García, con una pieza en la que estuvo acompañado por su hermana Purificación y su mujer María. Un magnífico tributo a David Bowie fue la parte donde más interactuó con el público, así como las piezas dedicadas a su hermandad y a la patrona de Daimiel, la Virgen de las Cruces.

Casi dos horas y cuarto de concierto donde lo que menos importaba era la bajada de temperatura de las noches otoñales.

Muchísimas gracias Manuel, muchísimas gracias a tus amigos músicos por dejar en tu tierra esta muestra de virtuosismo y música de genios. Vuelve pronto.

Texto: Oliva Carretero