Si el cliente lo puede imaginar o soñar, nosotros lo podremos crear porque se buscará la forma de hacerlo”. Bajo esa premisa se ha consolidado una empresa familiar, GASS, surgida en 1976 con un perfil innovador y muy especializado hasta entonces en Ciudad Real. Desde sus orígenes, Gass ha ofrecido trajes y prendas hechas a medida así como ropa de marcas de gran calidad reconocidas mundialmente, cuando eran muy pocos los establecimientos en España que disponían de firmas de primera línea como Ermenegildo Zegna o Canali en trajes; Sir Bonser o Façonnable en camisas; Burberry, Ralph Lauren, Lacoste, Tommy Hilfilger… que entonces estos comerciantes ciudadrealeños adquirían en las ferias y los proveedores más exclusivos de Francia, Inglaterra o Alemania, hasta el punto de atraer a clientes de Madrid que bajaban a Ciudad Real para adquirir lo que no encontraban en ningún otro lugar de España.

El olfato comercial, la visión de futuro y el trabajo diario incesante de Francisco Javier Ruiz Abad le han granjeado muchas alegrías profesionales, aunque si tiene que elegir, se queda con el cariño y la satisfacción de los clientes por el servicio de venta y posventa, y con la impecable labor de los empleados, “gente maravillosa que se ha establecido posteriormente con negocio propio o en otras empresas o franquicias a nivel nacional e internacional”, nos cuenta.

Izq.: Felicitación de Gass al campeón de Europa, el Balonmano Ciudad Real , equipo al que había vestido con sus trajes. Centro y dcha.: Macario y Dolores, padres de Francisco Javier Ruiz Abad.

Y es que, como reza el refrán, de casta le viene al galgo. Hijo de Macario y Dolores, familia dedicada al comercio en Ciudad Real desde los años 50, Francisco Javier aprendió y trabajó duro en el negocio de sus padres hasta que se independizó y creó la sociedad Francisco Javier Ruiz Abad S.A. Bajo ese prisma empresarial y aprovechando la bonanza del textil, Javier fue un visionario trayendo a Ciudad Real conocidas franquicias como Benetton, Blanco, Mango, Massimo Dutti o Prenatal, “cuando en la capital nadie hablaba de franquicias, yo las monté, y es que desde siempre he tratado de traer a mi ciudad lo más novedoso del mundo de la moda”, explica. En conjunto, Francisco Javier Ruiz Abad llegó a reunir casi una veintena de establecimientos con más de un centenar de empleados, no solo en Ciudad Real, sino también en Albacete, Alcázar de San Juan, etc. A su juicio, gracias a ‘los Macario’, como se les conoce en la capital, “se ha especializado el negocio del textil y la moda en Ciudad Real, amén de ser pioneros en aspectos como la instalación de alarmas en la ropa”. Francisco Javier Ruiz Abad formó parte de la extinta CEOE en Ciudad Real y fue vicepresidente de la Federación de Comercio a nivel nacional.

Ahora, ya jubilado, de lo que más orgulloso se siente es de su familia y de sus hijos: Javier, José María y Luis Ruiz Bravo. Dos de ellos mantienen su legado, Javier desde la tienda multimarca de Córner, y José María dirigiendo Gass. Con la crisis de 2008, que afectó especialmente al sector textil, esta familia de comerciantes apostó más por lo propio (ceremonia y sport de caballero y señora) dejando de lado la línea de franquicias. En esa reconversión, una vez mermada la influencia mundial de primerísimas marcas, se decidió seleccionar las firmas más sólidas del mercado internacional manteniendo otras segundas firmas igual de importantes pero bajo la marca propia de ‘Gass’, “aunque tanto en unos como en otros artículos mantenemos un mínimo de calidad que nos identifica”, explica José María.

En el presente, José María defiende la máxima que le inculcó su padre de “trabajo, trabajo y más trabajo, somos los primeros en llegar a la tienda y los últimos en irnos”. En el caso de Gass, el traspaso efectivo de padre a hijo fue en 2018, aunque desde niños han vivido mitad en casa, mitad en el negocio, como cuenta José María: “Siendo pequeño viajaba con mi padre a las fábricas y cuando estudiaba echaba una mano”. En su caso, estudió Empresariales Europeas con miras laborales al mundo financiero, aunque diversas circunstancias le guiaron de nuevo hacia las empresas familiares.

Izq.: Gass Ciudad Real nació en la calle Alarcos aunque pronto se trasladó a la calle Ramón y Cajal, 12, donde permaneció durante 39 años. Centro: En octubre de 2021, la tienda se trasladó a la calle Ciruela, 6. Dcha.: Francisco Javier con sus tres hijos en la boda del mayor.

Gracias a su servicio de sastrería a medida, Gass ha vestido a los jugadores del Balonmano Ciudad Real, a clubes de fútbol sala o de rugby, a famosos y a cualquier novio que llegaba con una foto y pedía casi un imposible, “en cierta ocasión vino un señor con una foto en la que el modelo estaba sentado, era la boda de su hijo ambientada en los años 50, era difícil sacar la prenda pero se lo calcamos tal cual y desde entonces es uno de nuestros clientes más fieles”, comenta José María, a lo que añade su padre: “Nos hemos caracterizado por tener un cliente difícil, y eso se paga”. Sin embargo, con el paso del tiempo, algo ha cambiado en los hábitos de compra, “con mi padre se ha llegado a comprar todo el maniquí del escaparate; ahora es impensable, es una tienda más tipo boutique, se busca la exclusividad”, apostilla José María. En cuanto a las tendencias, Gass incorpora lo más novedoso sin dejar de lado lo más tradicional: “Tenemos gente que nos sigue pidiendo abrigos Loden, tenemos trajes clásicos pero también los más modernos”.

Gass Ciudad Real nació en la calle Alarcos aunque pronto se trasladó a la calle Ramón y Cajal, 12, donde permaneció durante 39 años. En octubre de 2021, la tienda se trasladó a la calle Ciruela, 6, “en un local mucho más reducido y acogedor, con ambientes mucho más actuales que han revalorizado la prenda, en opinión de los clientes”, apunta José María.

Por último, la posibilidad de una nueva generación en Gass se torna harto complicado para nuestros protagonistas: “El futuro para una empresa familiar es muy difícil, a la vista está que surgen negocios que apenas duran dos o tres años”, recalca Javier. Por su parte, José María reflexiona sobre si quiere para sus hijos el sacrificio y esfuerzo propios, “ahora nos mantenemos pero se trabaja tres veces más para ganar tres veces menos”, enfatiza.

Texto: Oliva Carretero
Fotos: Cedidas por Gass y Ayer&hoy