Los relatos ochenteros de la gran pantalla sobre las cualidades y calidades de los coches del siglo XXI se quedaron cortos, la realidad ha superado a la ficción. A la vista está que en noviembre de 2018 podemos decir rotundamente que ya existen vehículos de conducción autónoma; con velocidad de crucero de serie que se adapta a los límites de la vía o frena en caso de obstáculo, con sistema de mantenimiento de carril, con detección inmediata si se detecta un peatón cruzando la calle o con reserva online automática en el restaurante deseado.

El futuro de la conducción ya está aquí. El motor está viviendo una revolución que, en dos o tres años, con la mirada puesta en el año 2020, va a experimentar nuevos e increíbles avances donde ya está jugando un papel primordial la inteligencia artificial en el vehículo en aras a favorecer una mayor seguridad vial y de circulación en nuestras carreteras. Mejoras tecnológicas imparables que están a la vuelta de la esquina sin que otros aspectos importantes, como los legislativos o de infraestructuras, caminen al mismo nivel.

En los últimos 50 años, salvo el nombre, poco en común tienen aquellos coches de los años 80 a los de la actualidad. Ni en eficiencia, confort, seguridad, diagnosis ni en los materiales empleados en la fabricación. Los equipamientos de hoy día hubiesen sido imposibles de instalar en esa época, comenta Javier, director comercial de un concesionario, como la climatización, los sistemas de asistencia, la protección de los ocupantes, la seguridad activa, etc. Por su parte, Rubén, comercial de automoción comenta: “Los avances en seguridad han sido abrumadores, también en rendimientos, información, comodidad, utilidad y con una oferta tan amplia que casi existe un modelo para cada una de las necesidades”.  La eficiencia en el combustible con los actuales motores gasolina, diesel, híbridos y coches eléctricos es otro de los grandes desarrollos en el coche, que indica otro responsable comercial y que trataremos en este reportaje más adelante.

La seguridad activa, por la que se evita un golpe, y pasiva, que minimiza la cuantía y calidad de los daños, y los sistemas de retención infantil han sido las mejoras de mayor repercusión en la automoción, con beneficios directos muy claros en la reducción de la siniestralidad y en la gravedad de los siniestros. Tal ha sido el avance que el número de accidentes de tráfico en nuestro país se ha reducido de forma espectacular, pasando de 9.344 fallecidos en 1989 a 1.200 en 2017, según datos de la DGT. Una cifra aún elevada que desde las instituciones, organismos autónomos y las propias marcas luchan por reducir hasta cero víctimas. La propia conducción ahora es más fácil, cómoda y eficiente con múltiples sistemas de asistencia.

 

ACC, Lane Assist o detección de un peatón

Para el ciudadano de a pie que no controla el sector de la automoción pero que conduce, es preciso familiarizarse con los nuevos elementos de seguridad instalados en los vehículos, algunos muy a tener en cuenta para viajar de forma más segura y tranquila.

Los múltiples sistemas de asistencia a la conducción existentes en el mercado posibilitan una seguridad impensable hace poco. Como explica Javier, hoy en día se puede circular en autovía, incluso con niebla, con la tranquilidad de que el control de crucero adaptativo frenará por sí solo si se detecta que el vehículo de delante reduce su velocidad, sin que el conductor tenga que intervenir. El control de crucero adaptativo, denominado ACC por su denominación en inglés Adaptive Cruise Control, al igual que el control de crucero, regula la velocidad a la que queremos conducir de forma automática. La novedad estriba en que este dispositivo lleva un dispositivo de radar que controla la distancia de circulación con el vehículo precedente, de forma que frenaría automáticamente si este redujera su velocidad. Cuando el carril ya está libre, el ACC aceleraría hasta la velocidad programada inicialmente. En caso de grandes distancias conduciendo en autopistas o autovías, este elemento posibilita una conducción más segura y relajada evitando la rutina de la aceleración o el frenado y, por tanto, posibles distracciones al volante.

Otro asistente muy desarrollado y efectivo es el sistema de mantenimiento de carril, en versión original Lane Assist, Lane Keeping Alert o Lane Keeping Aid, según las marcas. Para evitar cambios involuntarios de carril, esta tecnología va equipada de un sistema de cámara y radares que detectan la delimitación de las líneas y calculan la distancia y el tiempo restante para cruzar el carril, corrigiendo el rumbo a través de la dirección asistida del propio sistema o, ante situaciones adversas o difíciles, con vibraciones en el volante o leves frenadas en las ruedas. Las distracciones, somnolencias o incluso el malestar del propio conductor provocan un gran número de accidentes y salidas de vía en autovías y autopistas, de ahí que fabricantes y profesionales sigan innovando con este tipo de sistemas de conducción semiasistida que reduzcan esa siniestralidad.

Otro sistema interesante a tener en cuenta en la seguridad de los nuevos vehículos es la detección automática de un peatón. En este caso, el vehículo va equipado con una cámara en la parte frontal que detecta la persona o el obstáculo que tiene delante, por comparación o discriminación en una base de datos, avisando de ello al conductor, además de un radar que calcula la distancia. Si por cualquier circunstancia la persona no activara el freno, el sistema lo haría evitando cualquier accidente. Más conocido puede ser el sistema de información de ángulo muerto que nos avisa de la presencia de un coche, una moto o cualquier vehículo en puntos de visibilidad reducida.

 

Conducción autónoma

Todas estas asistencias anteriormente mencionadas confluyen en un único y gran objetivo de futuro como es la conducción autónoma, instalada ya en algunos modelos. Un profesional consultado por Ayer&hoy habla de que pocos modelos del mercado incluyen hoy día el nivel 3 de conducción autónoma, donde aún está presente la figura del conductor pero en el que delega, en ciertas circunstancias, la conducción a los sistemas integrados en el coche; si se produce un fallo grave o una pérdida de funcionamiento de los mismos, el sistema avisa con suficiente antelación para volver a la conducción convencional. En algunas marcas Premium ya existe algún modelo de una versión superior con este grado de automatización. La previsión en este sentido es que en unos dos años muchas marcas ofrezcan en su catálogo varios modelos de autonomía 3.

En la cima de la conducción autónoma están los niveles 4 y 5, en los que la figura del conductor desaparece y, por tanto, también se podrían eliminar elementos propios del manejo manual como el volante o los pedales. En el grado 4, los sistemas de automatización del vehículo son elevados, controlan la velocidad, la detección del vehículo que nos precede, la distancia de seguridad y la acción pertinente sobre freno y acelerador (que se conoce como movimiento longitudinal), así como la posición del vehículo respecto a los límites del carril (movimiento lateral). También dispone de detección y respuesta ante objetos y eventualidades de forma completa y si el sistema falla, no requiere la intervención del usuario ya que cuenta con un mecanismo de respaldo que actúa para seguir conduciendo minimizando el riesgo. En el nivel 5, la automatización es completa, no hay condiciones que limitan el funcionamiento del sistema y por tanto el vehículo podría seguir conduciendo en todo momento o circunstancia, explican desde el portal xataka.com. Los concesionarios consultados reconocen que muchas marcas están en la actualidad trabajando con prototipos de conducción autónoma 4 e incluso de nivel 5 en secreto. En ese futuro cercano se indica incluso, desde esta web, que el conductor puede estar presencialmente o ser ‘conductor remoto’, lo que significa que no está sentado detrás del volante y puede activar los mandos y dispositivos por control remoto, por ejemplo, aparcar mediante la llave del coche o el teléfono móvil.

 

Conectividad e información

El cedé o la radio AM/FM que siempre quitaba el conductor porque eran muy jugosas para el amigo de lo ajeno hace tiempo que pasaron a la historia. Los ordenadores de a bordo son cada vez más sofisticados y ya en cualquier coche de unos años para acá tiene bluetooth para conectar el teléfono, dispone de servicios para ver los emails, el tiempo o el tráfico de la vía, localiza el coche aparcado o reserva online una mesa en el restaurante favorito sin bajarse del coche ni llamar por teléfono. Lo describe muy bien Carlos: “En mi caso se llama Siri, de Iphone, discuto con él y todo pero me orienta en la ciudad, me hace la vida más fácil, ya la conducción se enfoca cada vez más hacia nuestra comodidad, el ordenador sirve para gente como yo que tiene otras cosas que hacer”. Pero la verdadera revolución, apunta un director comercial, vendrá con el sistema car 2 car (c2c) y el car 2 infraestructure (c2x) gracias a los cuales los coches se conectarán entre sí e intercambiarán información para prevenir accidentes, localizar obras, cortes de carretera o peligros mucho antes de que los conductores los perciban físicamente, como puede ser en caso de inundaciones, incendios, etc. Además, el vehículo podrá conectar con infraestructuras para saber la velocidad adecuada en ciudad, cómo cruzar todos los semáforos en verde, dónde se puede aparcar fácilmente, cómo evitar atascos eligiendo otra ruta alternativa…

 

Diesel, gasolina, híbrido, eléctrico ¿qué elegir?

A la hora de comprar un coche, son varias las prioridades para los conductores y sus familias, aunque una de las que casi siempre está en primer lugar es la del combustible y con cuál me puedo ahorrar más dinero durante la vida útil del vehículo. La confusión creada este verano sobre la posible aplicación de un impuesto a los vehículos diesel por parte del Gobierno ha llevado al sector a la preocupación y a los compradores a pensárselo dos veces antes de cerrar la compra. Mientras, la opción de los híbridos y eléctricos va tomando fuerza por la mayor concienciación ciudadana y las ayudas existentes aunque innecesarias en opinión del sector.

“No creo que el diesel desaparezca, creo que en los próximos 30-35 años habrá una transición en la que convivirán gas natural vehicular, hidrógeno, gasoil, gasolina hasta que vayan evolucionando los motores eléctricos y su infraestructura”. Esa es la opinión del mencionado representante empresarial de automoción para el que se abren nuevos interrogantes con los vehículos eléctricos: “Este tipo de motores tienen un desgaste mínimo por lo que el sector de reparación y talleres ¿qué harán?, ¿tendrán que reconvertirse?; por otro lado están las baterías, ¿qué se hace con ellas?, porque si se trata de contaminar menos, no vale que sea solo en Madrid o en una metrópoli con contaminación, se trata de contaminar menos en todas partes, punto”. A su juicio, es preciso desarrollar energías que generen electricidad de forma sostenible, desarrollando motores con la menor emisión posible de CO2 y partículas.

Lo cierto es que el vehículo eléctrico se está imponiendo y las ventajas que ofrece son muy claras e interesantes. Un vehículo 100% eléctrico emite cero emisiones de gases contaminantes; las averías mecánicas y el mantenimiento quedan reducidas al mínimo al prescindir de un motor tradicional y un cambio de marchas con embrague; no consume ningún combustible; con ventajas fiscales, facilidades de aparcamiento, uso carril bus, condiciones ventajosas de financiación… A medio camino está la hibridación gasolina-eléctrico, también con grandes beneficios. En algunas marcas las baterías se autorrecargan gracias a la potencia del motor o al accionar el freno; el coste de mantenimiento es mínimo, baterías de gran durabilidad, cambio automático y conducción silenciosa.

 

Sí a la renovación del parque, no a otras medidas

Respecto a los anuncios del Gobierno de aplicar un impuesto al diesel, para este responsable empresarial no es la solución, “estoy de acuerdo en que se aborde la renovación del parque de vehículos, pero los coches nuevos de diesel están contaminando bastante menos que otros modelos que hay circulando actualmente”. En su opinión, la salida no es penalizar el diesel como ha ocurrido el pasado verano, ocasionando graves problemas a concesionarios y talleres por la inquietud y dudas del comprador, explica, sino incentivar más la compra de híbridos y eléctricos (ya existen planes estatales como el Moval aunque desde el sector los califican de insuficientes) o dar ayudas para la descontaminación, “es mejor hacerlo así que no diciendo que vamos a subir tantos céntimos el diesel y haga usted lo que quiera con su vehículo viejo, igual que tampoco podemos pedir a nadie que teniendo lo básico para comer y vivir, por una etiqueta tenga que cambiar de coche para entrar en Madrid, estamos siendo un poco frívolos”.

En definitiva, este responsable empresarial se muestra dispuesto al cambio, pero a un cambio sostenible y económicamente sostenible para mantener los puestos de trabajo, sin los vaivenes bruscos del último verano con noticias alarmantes que afectan muchísimo a un mercado tan atomizado.

Entre los concesionarios consultados, uno de ellos opina que el anuncio dado por el Gobierno ha sido “impreciso e imprudente”. A su juicio, “la demonización del diesel llega pronto, y el no haber explicado con claridad la situación, complica y ralentiza el crecimiento del sector que, por otro lado, es vital para la economía del país”. Añade asimismo que los coches que salen de fábrica en la actualidad superan sobradamente las exigencias mínimas para circular, los nuevos diesel son tipo C, igual que los de gasolina. No obstante, comparte la idea de una restricción del uso de vehículos antiguos, “pero incentivando y facilitando el cambio”.

Un segundo concesionario considera que se tiende a generalizar demasiado y existe gran desinformación, “ni todo es tan malo ni todo tan bueno”. En lo que está de acuerdo es que ciertas comunicaciones como las del gabinete del Gobierno este verano pueden hacer que el mercado oscile y cambie por completo la intención de compra de los ciudadanos.

Por último, preguntados por qué vehículo recomiendan para uso profesional o comercial, uno de los concesionarios considera que la mejor compra sería la que mejor se adapte a sus necesidades, costes y gastos actuales, no teniendo en cuenta otros condicionantes “el futuro es impredecible y cambiante a razón de intereses que ese profesional no va a alcanzar a entender, el cambio lo decidirán los acuerdos macroeconómicos entre las potencias mundiales”. En este sentido, añade que el propio profesional puede cambiar de coche a voluntad debido a las numerosas opciones existentes hoy en día como por ejemplo tener una especie de alquiler con el vendedor.

Texto: Oliva Carretero

Fotos: Ayer&hoy/Pixabay