Durante algunos años los tranvías de Madrid estaban provistos de buzones de correos. En enero de 1914 se instaló en la mayoría de los tranvías un buzón en cada plataforma de acceso. Las cartas se retiraban en lugares fijos de paso de estos tranvías como la Puerta del Sol y llevados bien a la Administración Central de Correos, o bien a las estafetas de las estaciones del Norte y de Atocha, desde donde eran enviadas a otras ciudades con los “trenes correo”. A partir de 1932 los nuevos vehículos adquiridos no llevaban buzones, así como tampoco los reformados desde esa fecha al serles suprimidos, parece que la decisión se debe a la falta de entendimiento entre Correos y la Sociedad Madrileña de Tranvías sobre quien debía hacer el mantenimiento. Todo hace suponer que el servicio fue suprimido en 1936 al poco de comenzar la Guerra Civil, aunque continuó durante algún tiempo después del conflicto bélico mientras circularan coches de las series “Westinghouse” y “Charleroi” sin reformar que aún disponían de buzones. Por otra parte, los carteros podían viajar gratuitamente en las plataformas delanteras de los tranvías. Salían en Cibeles de Correos (la actual sede del Ayuntamiento) cargados con sus enormes carteras y se subían en marcha en los tranvías, cosa ahora impensable. (Fotografía: archivo Santos Yubero).