Corría el año 2014, iniciándose la parte final del mismo una vez superado el verano, y el club de golf El Reino de D. Quijote, era un continuo rumor sobre la mala situación de la gestión del mismo, en referencia a su mala situación económica, malestar entre el personal, malas decisiones empresariales, deterioro general de las instalaciones y del campo y un sinfín de cosas que no eran nuevas, que venían repitiéndose durante el año y que producía continuas quejas, enfados y mal ambiente de los por entonces abonados del campo. Aunque no era una situación nueva, como decíamos veníamos de un historial de sucesos desagradables que se alargaba en el tiempo, si es verdad que siempre se habían superado, continuando el campo y nuestra actividad deportiva de una manera o de otra y ninguno pensábamos un desenlace tan fatal como inminente, como finalmente aconteció.
En los primeros días de octubre de 2014, la empresa gestora del campo, anunció el cese de la actividad lo que conllevaba el cierre del campo de golf, del que veníamos disfrutando ininterrumpidamente desde su inauguración en el 2004, hecho que fue el detonante o golpe de realidad para que los abonados y amantes de este deporte, fuéramos conscientes que nos quedábamos definitivamente sin campo donde seguir disfrutando de nuestro deporte.
En esos momentos de confusión, donde estás prácticamente paralizado por el golpe inesperado recibido, te das cuenta que la mayoría de las personas actuamos de forma individual, dando cada uno sus motivos y razones desde infinitos puntos de vista, actuando cada uno por su lado, y reparas que en este tipo de situación donde la desorganización impera solo lleva a la frustración y lamentaciones inútiles, que no generan ninguna acción encaminada a la resolución del problema principal y lo que fue determinante que en ese ambiente, es que un grupo de abonados, si tuviéramos el impulso o la claridad necesaria para encauzar a todos los implicados hacia el principal fin: EVITAR EL CIERRE DE LA INSTALACION, lo que habría supuesto seguramente la pérdida definitiva del campo.
Así, se formó un grupo de 6 personas, bajo la figura del firmante de este escrito, que empezamos un arduo trabajo de diseñar la estructura tanto financiera como jurídica que debería garantizar y soportar la continuidad del campo como paso previo al mantenimiento de nuestra práctica deportiva.
Fueron muchas las reuniones que se realizaron, muchas las horas aplicadas, los cálculos realizados y las discusiones sobre las distintas opciones que teníamos encima de la mesa, todo ello en un tiempo record ya que el día 31 de octubre teníamos que recoger las llaves de la instalación y lo que si teníamos todos claro, es que la base debería ser construida sobre un club deportivo sin ánimo de lucro y que los antiguos abonados pasaran a ser socios, era la única vía de generar unión e implicación de todos en sacar el proyecto adelante, sin estas líneas maestras, pienso sinceramente que no habríamos podido superar todas las dificultades que existían.
Desde el ya lejano 31 de octubre de 2014 en que asumimos la gestión del campo, el club ha estado funcionando de manera ininterrumpida hasta hoy, desde esa primera entrada en la que nosotros mismos nos ocupamos de todos los oficios del campo hasta ser el club actual con una masa social por encima de 200 socios, una escuela infantil modélica con más de 60 niños, un bagaje deportivo muy importante capaz de organizar eventos de primer nivel nacional, y con repercusión internacional, y respetado y reconocido por su labor de promoción de nuestro deporte, el Golf, y de nuestra capital Ciudad Real, entre los distintos organismos públicos y privados.
Este es nuestro orgullo, fruto de la “temeridad” que un grupo de personas nos vimos involucradas en un proyecto común, al que las circunstancias nos empujaron, y que supimos transmitir a nuestros socios, que con su apoyo incondicional dieron viabilidad a los que hoy es Golf Ciudad Real C.D.
(Fotografía principal: https://www.facebook.com/golfciudadrealcd)