Cuando las temperaturas bajan el cuerpo reacciona activando un mecanismo para mantener la temperatura interna normalmente sobre 37 grados centígrados (+, – 1 grado), a través de  las terminaciones nerviosas que se encuentran en la piel activando diferentes reacciones como la constricción de los vasos sanguíneos periféricos o las tiritonas que activan los músculos para generar calor, aunque la mejor manera de aumentar la temperatura muscular es a través del ejercicio sin la necesidad de llevar ropa pesada o restrictiva. Por ello es importante que para que podamos jugar al pádel en invierno, sobre todo en pistas que no están cubiertas, tengamos en cuenta una serie de consejos para no perder la salud por un mal comportamiento con respecto al tratamiento del frío.

En primer lugar es importante abrigarse bien, pero ten cuidado, no hace falta abrigarse demasiado pues podemos sudar más de la cuenta y al quitarnos ropa correr el riesgo de resfriados. También debemos tener en cuenta que la ropa debe permitirnos una movilidad perfecta.

La poca indumentaria no permite mantener el calor corporal. En principio se deben elegir prendas cómodas que proporcionen un aislamiento del frío (ROPA de Pádel para INVIERNO), que sea impermeable al aire (ya que el viento es un factor determinante en la pérdida de calor), pero que a la vez permita la salida de vapor de agua de la piel si se comienza a sudar.

En segundo lugar el calentamiento siempre es importante pero los días de frío se triplica su importancia. El objetivo principal es evitar lesiones, pero también nos ayudará a mejorar nuestro rendimiento durante el partido. Una forma efectiva de prevenir los efectos del frío es realizar una entrada en calor más prolongada de lo habitual, hasta sentir el punto que se comienza a sudar y que las articulaciones y músculos se mueven con soltura, evitando las lesiones que son más factibles en invierno. La ropa se debe quitar de forma gradual, incluso hasta terminar con el peloteo previo al partido.

En tercer lugar debemos analizar el estado de la pista y del material pues con el frío, la pista, pelotas, e incluso la pala, pueden cambiar sus características. Debemos aprovechar el peloteo del partido para analizar el estado del material e instalaciones. Es importante experimentar la sensación de cómo responde la pelota, pues los materiales se ven afectados por la diferencia de temperatura, las pistas suelen estar más húmedas, hasta congeladas en algunos sectores que dependen de las condiciones de sol y sombra, en muchos casos. También es vital comprobar el estado del cristal. En invierno es habitual que éste resbale demasiado y los golpes de paredes se compliquen más de lo normal.

Otro punto a tener en cuenta es el tipo de zapatillas que vamos a utilizar pues puede influir directamente en el juego pues si no tienen suficiente adherencia (agarre), no se tiene la suficiente seguridad en los golpes. Ahora más que nunca puede ser hora de cambiar de zapatillas de pádel. Ten en cuenta que las zapatillas de pádel para verano tienen mayor ventilación, mientras que en invierno deberán ser diferentes.

Finalmente debemos cuidarnos en los descansos. Siempre que permanezcas inactivo (como en los descansos y al final del partido) cúbrete con ropa de abrigo aunque no tengas frío. Con el frío se debe tener mucho cuidado al terminar un partido o un entrenamiento, especialmente el NO quedarse con la ROPA HÚMEDA, hablando o mirando otro partido, porque hay riesgo de coger frío. En este caso puede suceder que el músculo siga caliente todavía por la actividad física, pero el factor externo de la temperatura hace que se enfríe de golpe pudiendo ocasionar contracturas, más agujetas de lo habitual, incluso provocar alguna lesión.

Es bueno que tengas prendas para cambiarte   incluso durante el partido. Si notas que estás sudando demasiado, en uno de los descansos acércate al servicio y cámbiate de ropa.