Miriam Lozano Moya es una estilista-peluquera que busca la más alta profesionalidad por lo que siempre está en constante formación y evolución en busca de las últimas novedades de un sector en el que lleva 35 años de los que 26 ha estado al frente de la que ahora es su actual peluquería. Miriam se reafirma en que su profesión es de estilista peluquera, nada de trabajos de estética, y que se siente orgullosa de su formación y conocimientos en cuanto al estudio del cabello. Esta última faceta le permite tratar a cada persona de forma diferente y siempre de acuerdo con sus características personales.

Entrevista con Miriam Lozano Moya

Pregunta.- Usted insiste en la necesidad de conocer las características de cada tipo de cabello para que sus tratamientos eviten su deterioro o su caída. ¿No es esto, una faceta propia de la medicina, cosa de médicos?

Respuesta.- No. El pelo es cosa de peluqueros, así como el cuero cabelludo. El dermatólogo es quien se encarga de la piel. Esta diferencia la mayoría de las personas la desconoce. Cuando, por ejemplo, tenemos una caída del cabello, debemos acudir al peluquero que es el que ha hecho los estudios sobre las características y enfermedades del cuero cabelludo.

P.- ¿Y dónde se forma el peluquero? ¿Dónde aprende a tratar las enfermedades del cabello y su tratamiento?

R.- Existen muchos centros de formación especializados en peluquería. Yo personalmente visito mucho un centro de Toledo en donde recibo una formación constante sobre todas las novedades que día a día van apareciendo. Mi profesor es de Madrid, el cual también constantemente se recicla. Existen grandes profesionales que se dedican a la formación de los peluqueros. Muchos peluqueros de Ciudad Real visitamos este centro de Toledo en donde nos ponemos al día tanto en tinturas como en cortes o cuero cabelludo. Por eso cada año hacemos unas cuatro o cinco salidas y no sólo a Toledo, sino también fuera de España.

P.- ¿Siempre se aprende algo?

R.- Por supuesto. Cada día están saliendo cosas nuevas. Ahora, por ejemplo, estamos descubriendo la coloración ecológica, basada en aceites, dejando a un lado la coloración con amoníaco que siempre será menos natural. Una cosa aparentemente tan sencilla como este cambio está basado en numerosos estudios y mucha práctica. No debemos olvidar que los profesionales que llevamos muchos años en el sector también cometemos errores, tenemos que reciclarnos, por lo que la formación debe ser continua y estar siempre pendientes de las últimas novedades. Y no sólo en peinado o cortes de moda. Repito que esta formación va encaminada a conocer lo que le va mejor a cada cliente.

P.- O sea, que estamos hablando de dos cosas, de lo que se lleva como moda y lo que realmente se le puede hacer a un cliente.

R.- Por supuesto. Hay clientes a los que les gusta llevar el cabello largo, pero por su morfología, estructura de cabello o por según que anomalía tenga en el cuero cabelludo, no se lo aconsejamos y le damos las opciones más idóneas para su caso. El resolver estos problemas no se aprende de la noche a la mañana. Debemos estudiar la nariz, la frente, los pómulos, el cuello… y todo ello se relaciona con el peinado. Precisamente todo esto es lo que se nos enseña en los distintos centros de estudio por los que pasamos, en estos cursos aprendemos a ser asesores de imagen y o belleza.

P.- ¿Qué pasos debe seguir una persona que quiera llegar a ser un buen profesional de la peluquería?

R.- Antes de contestar a la pregunta debemos dejar claro que lo principal es saber si esta profesión le gusta o no, hay muchas personas, la mayoría chicas, se hacen peluqueras porque es una buena salida profesional, pero podían haberse dedicado a otra cosa, y otras que se hacen peluqueras porque realmente viven la profesión, como es mi caso.

Para empezar la profesión de peluquería se debe pasar por un centro de formación y cuando termine la formación, seguir formándose con formaciones específicas que existen para tener una visión, mucho más específica y llegar a ser uno o una profesional. Las grandes marcas de peluquería o estética cuentan con centros de formación. Pero además hay que viajar mucho, porque no puedes centrarte en lo que te envíen o enseñen en la casa con la que trabajas, sino que tienes que estar pendiente, por tu cuenta, de los que saquen o hagan las demás.

P.- ¿La moda tiene que ver mucho con la peluquería?

R.- Tiene que ver todo. La imagen de una persona depende en una gran parte de cómo vaya peinada. Por muy bien vestida que esté una persona si va mal peinada no luce el look. Y si es al contrario, un buen peinado con una camiseta de mercadillo siempre dará buena imagen. El pelo es fundamental en una persona. Y en cuanto a la moda no hay duda de que debe seguirse. Otra cosa es que lo que hoy está de moda le caiga bien a todas las personas. Además, Ciudad Real es bastante conservadora en este sentido. Hay modas para las que aquí todavía no estamos preparados, no las aceptamos. Cuando vienen modas un poco atrevidas son muy pocas las clientes que se atreven con ello. Y es precisamente con las últimas tendencias con las que disfruta el profesional, sobre todo si has invertido una gran cantidad de tiempo y dinero en aprender, así que es decepcionante que luego nadie te lo pida. A veces pasan años hasta que uno puede poner en práctica lo que ha aprendido. Estoy hablando de personas de mediana edad, pues los jóvenes están preparados para todo.

P.- ¿Cómo han cambiado las tendencias a lo largo de sus 35 años de profesión?

R.- Muchísimo. Antes se hacían muchos peinados de rulos, se hacían cardados en el cabello, ahora casi nadie se los hace. Ahora se utiliza mucho más el brushing (secador de mano). Ahora la moda va encaminada hacia peinados que sean cómodos y que puedan mantenerse con pequeños toques en casa.

P.- ¿Peina tanto a hombres como a mujeres?

R.- Sí. Tengo ambos clientes. Y, por cierto, los hombres son mucho más delicados para el pelo que las mujeres. Los hay que se cuidan muchísimo y les gusta ir “al último grito”.

P.- ¿Quién decide el peinado, el profesional o el cliente?

R.- Hay de todo. Unos vienen con la idea clara de lo que quieren y otros se dejan asesorar.  Pero al final, la moda la impone la televisión y la mayoría de los clientes te piden el peinado, corte o color del personaje público.