Miguel Alberdi - Decorador

Miguel Alberdi. Decorador

Bueno, ya está aquí el calor. En el pasado número de Ayer&hoy hablábamos de su posibilidad, de que estaba a punto de llegar. En este número sólo nos queda hablar de su realidad. De que ya está aquí. Por ello vamos a hablar de cómo adaptar nuestras terrazas o pequeños jardines a estas temperaturas y también, a esta luz deslumbrante del mes de julio. Claro que lo hacemos para aquellos que todavía no se han puesto manos a la obra o bien para quien, aunque un poco tarde, desean adaptarla o cambiar su configuración.

Lo primero que tenemos que procurar, al margen de estilos y gustos, es lograr la mayor cantidad posible de sombra. Para eso están los emparrados en los jardines más clásicos y rurales, o las pérgolas, ya sean con sencillas estructuras de hierro o más complejas y elaboradas de madera. Estos sistemas, más caros, suelen ser fijos y aprovechables a lo largo del año. ¿Quién no ha tomado alguna vez el tibio sol invernal en ese rincón del jardín que tan florido está en primavera, rodeado de columnas y con los rosales enroscados en las columnas?

Pero volvamos al presente. Quienes tengamos limitado el espacio y el presupuesto podemos recurrir a los toldos, los cuales podemos elegir de diferentes superficies (si la terraza no es muy grande pueden cubrirla en su totalidad), colores y materiales. Es aconsejable que hagan juego con los muebles. Así lograremos sacar el salón a la terraza. Finalmente, si lo que deseamos es ahorrar y solucionarlo todo de forma sencilla, ahí están los parasoles. De quita y pon, pero que nos pueden sacar del apuro. Y hay tal variedad (desde tiendas especializadas a grandes superficies) que pueden combinar con todo. Hasta con los refrescos que pongamos en la mesa.

Una vez que hemos logrado una zona de sombra hemos de montar en ella nuestro hogar diario. ¡Por favor, huyamos del plástico! No necesitamos una gran inversión para crearnos un ambiente de buen gusto. Hay mucho donde elegir. Si no encontramos madera (que haberla, hayla), optemos por el acero o el aluminio. No es mucho más caro que el plástico y aporta un plus de buen gusto. Hay tiendas especializadas donde encontrar una gran oferta con diseños muy originales en los que sin duda encontraremos aquello que más se adapta a nuestro gusto.

Finalmente, una vez que tenemos un toldo, una mesa y una silla, pongamos un geranio en nuestra vida. Adornemos nuestro rincón veraniego con unas buenas macetas, arbustos, rosales, setos, árboles, metros y metros cuadrados de césped…, en fin, ese complemento de verdor, agua y frescura (siempre en función del espacio que la suerte nos haya puesto en las manos) que dará un sentido total a este rincón veraniego, este oasis en el corazón de La Mancha.

Las plantas las dispondremos también según nuestras preferencias, por su forma o floración, pero sin olvidar el clima. No vayamos a sacar las plantas de interior y las achicharremos al sol de agosto. Sigamos en este caso, como en todos, los consejos del experto jardinero.

En resumen: sombra, unos muebles cómodos y plantas a nuestro alrededor.

Ya sólo nos falta desearos salud y tiempo para disfrutarlo. ¡Ah, y cuidado con las tormentas!