Loterías Carmona

Así era antes la fachada de Loterías Carmona

Doña Concepción Torres, viuda de Carmona, fue quien en el año 1967 obtiene la concesión de la Administración de Lotería Nº 2 de Ciudad Real, conocida por ello como “Viuda de Carmona”. Sin embargo, por motivo de edad, delega pronto en su nuera, Dª Pilar Camus Piñera, que en aquel momento también era viuda de Antonio Carmona, hijo de Concepción. Esta doble circunstancia hizo que, hasta hace unos años, a esta administración de lotería se le haya conocido por este nombre aunque en la actualidad el nombre comercial es Loterías Carmona.

El primer local se instala en la Avenida de los Mártires, actual calle Alarcos, en el número 9. Unos cinco años después se traslada al Pasaje Gutiérrez Ortega, para terminar instalándose de forma definitiva, alrededor del año 1975, en su actual ubicación en el número 1 de la calle Alarcos.

En estos primeros años Dª Pilar, con mucho trabajo y visión comercial, consolida el negocio y reparte gran cantidad de premios, como se comprueba a través de los recortes de prensa. En 1977 fallece Dª Pilar, pasando a ocupar su puesto su hija Mª Concepción Carmona Camus, que se mantiene al frente de la misma hasta el año 2006, cuando la sucede la actual administradora, Ana María Serna Carmona. Un relato protagonizado por cuatro mujeres pero apoyadas también, de forma anónima, por el resto de la familia y los empleados.

En sus inicios la administración sólo vendía Lotería Nacional, pero con el paso del tiempo van apareciendo otros juegos: Quiniela, Lotería Primitiva, Bonoloto, Euromillón, etc., lo que por otra parte no elimina clientes, sino que los suma.

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Ana María Serna Carmona, actual administradora

Un detalle que ahora llama la atención, y que queda claramente reflejado en una de las fotografías que acompañan este reportaje, es la fachada e interior de la Administración, sobre todo este último, que se asemejaba más a una casa de modas de alta costura, por su elegancia, que a un local en el que simplemente se va a adquirir un décimo para el sorteo del siguiente sábado. Igualmente es significativa, en aquella época, la total ausencia de medidas de seguridad, que por otra parte nunca se necesitaron pues jamás sufrieron algún tipo de robo o atraco, en contraste con las rigurosas y obligatorias medidas de protección de hoy día.

A pesar de lo rutinario y estresante que puede parecer en ocasiones, sobre todo cerca de la Navidad, el trabajo en una administración de loterías es “muy gratificante y lleno de ilusión”. “Desde que llegan los billetes se inicia un proceso complejo y de gran responsabilidad que incluye el sellado, clasificación, apartado de los número de los clientes fijos”, comenta Ana María Serna, quien considera que lo más interesante es la relación personal con los clientes, a veces dos y tres generaciones seguidas, abuelos, hijos y nietos, que terminan formando parte de la gran familia de la administración.
Pero si hay un hecho clave en la historia de una administración, éste es dar un premio importante. Mª Concepción Carmona dio el gordo de la Lotería del Niño en el año 1984: 4.000 millones de pesetas. Un número que se vendió completo y que resultó muy repartido por toda la provincia y, de forma especial, en Manzanares, ya que su esposo, José Manuel Serna, trabajaba en esta localidad como maestro y llevaba lotería por encargo.

Dar un premio importante implica un aumento de la venta y, por ello, del trabajo de la administración. Así sucedió a Mª Concepción, que aprovechó este impulso para modernizar e informatizar el negocio. Nos cuenta Ana María que “mi madrCarmona 5e supo rentabilizar muy bien aquel premio del año 1984. Es una mujer con mucha iniciativa, emprendedora y trabajadora, que compatibilizó su vida profesional con las obligaciones familiares”. Además fue presidenta provincial de la primera asociación de administradores de lotería de España, desde la que defendió los intereses de todo el sector. Entre los logros de esa etapa podemos citar las campañas publicitarias para que la gente comprase la lotería en nuestra provincia, con buen resultado, y la organización y celebración aquí de diversos sorteos deCarmona 6 lotería nacional.

Volviendo a los premios y a lo importante que es que toque un número vendido por la administración, hay que decir que el jugador de lotería es una persona a veces supersticiosa, incluso maniática, pero siempre ilusionado porque la suerte le cambie la vida. “Hay muchas clases de clientes y van evolucionando. El jugador del décimo de la lotería nacional es el más tradicional. Ahora es más joven, dinámico, interesado en todo tipo de apuestas. Además varía mucho el dinero que invierten, desde muy pocos euros a cantidades importantes”, nos comenta Ana María, quien también añade alguna anécdota. “Uno de los casos más raros fue el de un chino que vino desde Málaga a comprar un número concreto que, había visto por internet, estaba consignado en nuestra administración. Cuando llegó ya se había vendido completo. Él no lo creía, se ponía de rodillas y suplicaba: “tú tenel, tú tenel”, mientras mostraba varios miles de euros. Ni siquiera hablando con él, con la mediación de otro chino (que tampoco compartía con él el dialecto) pudimos convencerlo. Se quedó ante la administración hasta que intervino la Policía. Nos dio pena, pero finalmente ese número no tocó”.
Posiblemente el chino tuvo una corazonada, como tantos otros jugadores que apuestan a determinadas cifras, o fechas, sean correspondientes a celebraciones o a catástrofes. “Hay quien prefiere determinadas terminaciones, pero lo que peor llevo es la superstición de las fechas correspondientes a desgracias: atentados terroristas, terremotos, inundaciones o fallecimientos de celebridades. Resulta demasiado morboso, aunque lo compensan quienes buscan fechas de bodas, nacimientoCarmona 4s o hechos más alegres”, nos confirma Ana María.

“Algunos números que pide el público están reservados desde hace muchos años. Nosotros, por la antigüedad del establecimiento, tenemos números asignados desde la época de mi bisabuela. Hay números “bonitos”, muy demandados, como los 13. Otros son difíciles de conseguir porque están reservados, por ejemplo el 00052. Unos números se venden muy bien y otros con más dificultad, aunque a mucha gente le da igual el número siempre que sea de nuestra administración”.

“El mayor capital de esta empresa son nuestros clientes. Algunos de ellos nos siguen a lo largo de varias generaciones, pasando de padres a hijos la costumbre de jugar un número concreto o de adquirir la lotería en nuestra administración, lo que convierte nuestra relación con ellos en amistad”.

Finalmente Ana María Serna, cuarta generación de administradoras al frente de Loterías Carmona, quiere resaltar, como broche final de este recorrido histórico, el papel que en él han tenido otros miembros de la familia y los empleados que, antes y ahora, han hecho posible el éxito de esta casa. “El sello distintivo de esta empresa, que ahora cumple 48 años, es que ha sido totalmente familiar. Y ha sido posible gracias al apoyo de mi padre José Manuel y de mi marido Manuel, de mi madre que nos cuida a todos, de mi hermana Concha que es quien más horas le echa al negocio, de mi hermana Lola siempre dispuesta a lo que haga falta, de mi cuñado Jesús, de mi hija y mis sobrinos a quienes dedicamos poco tiempo precisamente en Navidad, cuando las demás familias más se unen; y también, muy importante, a nuestros empleados, desde Antoñita que trabajó con mi abuela y mi madre, a Mamen que fue más amiga que empleada, a Reme y a Silvia que hoy son fundamentales en la empresa. Gracias a todos ellos repartimos ilusión desde hace casi medio siglo y esperamos hacerlo muchos años más”.

Fotos: Loterías Carmona