La Semana Santa es una de las manifestaciones religiosas y culturales más importantes de nuestros días en España, ha seguido la evolución de los tiempos como otras muchas festividades y en la actualidad ha dejado paso a una celebración multitudinaria con un sinfín de elementos, componentes y atributos que acompañan a esta representación de la Pasión de Jesucristo en la calle. La devoción y la fe por una imagen titular de hermanos, cofrades y fieles se entremezcla con la de un público ávido de conocer, sentir y palpar las diferentes escenificaciones pasionales de Jesús y de su Madre, las mejoras del cortejo, las restauraciones de tallas y la incorporación de piezas que convierten una procesión en una espectacular celebración que tiene tras de sí mucho trabajo y puede disfrutarse, como ninguna otra, con los cinco sentidos. 

La Semana Santa entra por los cinco sentidos: la vista del conjunto, de su belleza, la armonía de túnicas y flores, el movimiento de candelerías y estandartes; los sonidos del llamador del capataz a sus costaleros, el crujir de la madera del trono cuando es mecido o elevado a lo más alto, las marchas devotas al Cristo o la Dolorosa; el tacto del besamanos o besapiés, cada vez más instalado entre las hermandades para acercar la Imagen a sus devotos; el olor de flores e inciensos y, por qué no, de torrijas, rosquillos y potajes de vigilia que también son degustados en hogares y establecimientos de restauración con mucho afán.

Es cierto que hermandades y cofradías echan el resto todos los años para que la estación de penitencia mejore con los años y sea más vistosa, especialmente su imagen titular y toda la orfebrería que acompaña un paso de Semana Santa. En ocasiones, son las mismas familias, de generación en generación, el núcleo principal y peso de una hermandad que ha permitido la supervivencia y continuidad de esa hermandad; en otros casos además también han estado vinculadas con sectores como el comercio, la agricultura o la actividad ferroviaria, aunque hoy día el interés por formar parte de una hermandad es más anecdótico. Algunos dicen: “Porque me gusta la imagen, me gusta cómo la llevan”, y otros “porque conozco un amigo y me entusiasma el trabajo que desarrollan y creo que puedo ayudar”.

Previo a la Semana Santa, algunas hermandades buscan los mejores talleres para la restauración de sus tronos de madera y otros enseres pues, en ocasiones, el lugar donde los pasos se cobijan del frío o del calor no está suficientemente acondicionado. Policromías y tallas de los titulares también son restauradas y puestas a punto pues serán el centro de atención de todas las miradas en el transcurso de la procesión. Túnicas, mantos, mantillos, ajuares, rosarios, potencias de Cristo y otras preseas se preparan por camareras, mayordomos, bordadores y cofrades con sumo mimo y cuidado. Cada alhaja o elemento tiene su valor iconográfico y simbolismo, mezcla entre lo teológico y popular, que ha conformado con el tiempo el conjunto procesional de hoy día con la pretensión común de conseguir la mayor exaltación de la escena. Un ejemplo pueden ser las potencias de Cristo que algunas imágenes de misterio llevan sobre su cabeza como tres rayos dorados, simbolizando las potencias del alma aristotélicas adaptadas al Cristianismo por Santo Tomás de Aquino.

También en los hogares cofrades se empieza a sentir y a vivir la Semana Santa mucho antes de las salidas penitenciales. Los hermanos preparan con tiempo sus túnicas por si requieren algún arreglo o limpieza; los capirotes, ahora de PVC mucho más cómodos y ligeros, e incluso se proveen de música cofrade “igual que en Navidad a la gente le gusta escuchar villancicos, en Cuaresma se ponen marchas penitenciales” e incienso para sus casas, comentan desde un establecimiento de artículos religiosos con más de 25 años de tradición. Otro aspecto que imbuye al cofrade del ambiente pasional son los numerosos actos preparatorios y previos de la Semana Santa con pregones, exposiciones, aniversarios, triduos, besamanos, conciertos, etc.

Lucimiento y exaltación de la figura de Jesús y su Madre.- En el montaje del paso nada se deja a la improvisación para que luzca y se vea lo más espectacular posible exaltando la figura de Jesucristo y de su Madre, como hemos referido anteriormente. Las nuevas tecnologías permiten hoy día visualizar el paso desde todos los ángulos, desde arriba en un balcón, con drones, con miles de móviles apuntando en todas las direcciones, por lo que siempre se trata de que el paso salga a la calle en las mejores condiciones, incluso si llueve y finalmente se suspende la salida. La visita a los templos es cada vez más frecuente dentro de ese interés por la Semana Santa. Es importante destacar que no solo las hermandades se preparan para estos días, también iglesias y parroquias se engalanan para los oficios, es una de las fechas donde se estrenan ciertos enseres litúrgicos como candelabros o vinajeras, se adquieren cirios y se prepara el Monumento, lugar donde se guarda el Santísimo Sacramento desde Jueves Santo y hasta el Domingo de Resurrección.

Reconocen los cofrades consultados por Ayer&hoy que muchas hermandades desde Madrid para abajo miran a Sevilla, emulando el estilo de los pasos, admirando sus procesiones e incluso viajando cada año para ver la Madrugá o la Macarena. Otras cofradías son más sobrias y austeras recordando la Semana Santa castellana. Sin embargo, la peculiaridad y el rango adquirido por algunas de ellas como fiestas de Interés Turístico Internacional, en el caso de la Semana Santa de Toledo, y Nacional, como es el caso de la Semana Santa de Ciudad Real y la Ruta de la Pasión calatrava (formada por los municipios de Aldea del Rey, Almagro, Bolaños, Calzada, Granátula, Miguelturra, Moral, Pozuelo, Torralba y Valenzuela) han valorado una identidad propia del lugar en el que se celebran. Toledo, con su enclave histórico único, tierra de tres culturas, bien merece una visita en estas fechas de Pasión, con un patrimonio histórico-artístico de gran importancia; Ciudad Real no le anda a la zaga y, aunque es más andaluza, no deja de impresionar a propios y extraños; la Ruta de la Pasión Calatrava es quizá la más singular de todas, con su Juego de las Caras de Calzada o sus desfiles de soldados romanos.

Los olores cofrades y su simbolismo.- Si a los pasos acompañan elementos vegetales como un olivo o romero, las cofradías suelen sustituirlo cada año buscando siempre la mejor rama de olivo que dé el efecto deseado a la hora de acompañar el movimiento del paso, cortándolo en el momento preciso para que la hoja no se seque y esté abierta. En el caso del romero, es condición sine qua non solicitar un permiso al Ayuntamiento para que permita cogerlo, cortándolo, nunca arrancándolo. El simbolismo del olivo y romero es amplio. El primero se menciona en varios pasajes de la Biblia, en el diluvio universal dando un mensaje de paz y esperanza con la paloma llevando en el pico una rama de olivo; el Monte de los Olivos donde Jesucristo fue arrestado o donde acudía para orar. El olivo representa la firmeza y eternidad de la fe: siempre se mantiene verde (fiel) y da fruto, y su durabilidad alcanza hasta los 2.000 años. Desde la antigüedad, también el aceite de oliva ha tenido muchas utilidades medicinales y para unción en las ceremonias de consagración. Por su parte, el romero representa la purificación del alma, se utiliza como hierba olorosa adornando tronos donde se evoca ese Monte de los Olivos o del campo en la parte más olfativa de la Semana Santa.

Los cirios y velas son otro acompañamiento indispensable en candelerías, pasos de palio y faroles de pasos penitenciales. La iluminación es un elemento visual y olfativo ineludible de cualquier imagen de pasión como símbolo de vida y esperanza. El más representativo del tiempo de Pascua es el cirio pascual, que se enciende durante la Vigilia y representa a Cristo, la Luz. Sobre él se incrustan cinco granos de incienso que simbolizan las cinco llagas del Señor en la Cruz y se añaden la primera y última palabras del alfabeto griego representando Jesús el principio y fin de todo.

El arte floral.- Pero si hay que hablar de olores cofrades por excelencia estos son los exornos, alfombras y macizos de flores que son un arte y casi un ritual, comenta Antonio Ortega Utrilla, florista y experto en la colocación, tratamiento y cuidado de flores para las procesiones de penitencia y de otros actos religiosos desde hace 25 años.

Recuerda que hace 70 años era impensable la variedad y suntuosidad de flores naturales de hoy día; en los pasos se colocaban macetas de plantas, geranios…; luego más tarde se fueron adquiriendo claveles o gladiolos artificiales, que se guardaban en cajas para la Semana Santa del año siguiente, hasta que se instauró la flor natural hace unas décadas, comenzando por el clavel, la margarita, el gladiolo y la rosa. Hoy en día, con tanta variedad, se piden flores más raras y de colores más específicos que cuesta más conseguir.

De media, explica Ortega Utrilla, un paso de misterio o de un Cristo puede necesitar 180.000 claveles para alfombrar el trono, el iris puede llegar a 150 paquetes de 1.500 unidades, unos 225.000 iris. En el caso de los pasos de palio o dolorosas, el número es más variable, dependiendo de si son anturio, que son grandes, o fresia, más finas.

Hasta que un trono sale a la calle, el proceso de ornamentación floral es largo, son cinco o seis semanas antes con reuniones previas con juntas directivas, camareras y mayordomos, el pedido floral, el cuidado y el montaje, y la exposición final, “es importante hacer el encargo pronto por la producción de esa flor, las flores se compran en subasta y proceden de Holanda o Colombia en su mayoría, vienen por avión a través de agencia y es preciso cortarlas y mantenerlas a la temperatura idónea para el montaje”, indica. En los últimos 10 días antes de la procesión, el florista recibe el pedido “que viene en buenas condiciones en la mayoría de los casos, aunque siempre hay un mínimo porcentaje en los que hay que subsanar algún problema”.

Los pasos de misterio llevan, por lo general, una alfombra de claveles o rosas rojas, iris morados o violetas, con algunos macizos o ‘bolos’ de las mismas flores y colores simbolizando la Pasión de Cristo; en cambio, los pasos de palio varían más cada año, con orquídeas, anturios, fresias o rosas blancas, símbolo de pureza de la Madre. En la actualidad, añade Utrilla, algunas hermandades se han atrevido un poco más mezclando flores con frutas, como lilium con manzanas pequeñas, o composiciones vegetales; los macizos también tienden a ser cada vez menos redondos y más puntiagudos como pináculos”.

En el último momento, una vez que la flor está cortada y bien cuidada en la floristería se traslada a la parroquia donde será montada y colocada en el paso. Aquí la labor de camareras y juntas directivas es fundamental, “son varias horas de colocación entre varias personas y de un año para otro saben cómo hacerlo de la mejor forma, aunque siempre hay que ayudar y orientar; ha habido tronos, grandes tronos, en los que estuve colocando flores desde las diez de la noche hasta las 6 de la madrugada”, apunta el florista.    Aparte del adorno floral, el incienso es un componente olfativo imprescindible ya en cualquier procesión pasional. Algunas hermandades colocan varios incensarios delante del trono de la imagen titular, agitándolo para que la Semana Santa también entre por la nariz, purificando el alma de los presentes. Ortega Utrilla recuerda que el incienso se empleaba antes solamente en los oficios religiosos aunque ahora casi todas las hermandades se hacen acompañar de este elemento en procesiones y otros actos. Como en todo, también existen varios tipos de incienso, “algunas cofradías nos demandan un incienso propio, con una mezcla específica de resinas; en mi caso los que más me demandan son inciensos cofrades de Sevilla como el Incienso Pasión, de color marrón oscuro, de olor más fuerte y destinado a las imágenes de Cristo; el Incienso Primavera, de color más amarillento y más suave, para las Vírgenes; y el Incienso de los Tres Reyes”. En una procesión pueden llegar a consumirse hasta 5 kilos de incienso.

Los sonidos de la Semana Santa.- A la vista y el olfato en Semana Santa le sigue, por importancia, los sonidos cofrades: el del cornetín rompiendo el silencio de las salidas penitenciales nocturnas, el arrastre de sandalias, el ruido de cadenas en los pies descalzos, el sonido sordo y quedo del tambor anunciando la salida o entrada de Jesús, el de una campanilla pidiendo silencio u oración, el de los flagelados y, quizá el más elemental, la música de bandas y agrupaciones de cornetas y tambores. Las marchas procesionales conforman, junto a la imagen titular, un todo armónico, provocando en el público ese sentimiento de fe o de emoción cuando dirigen sus rostros hacia la figura de Jesús o la Virgen Dolorosa.

Por lo general, cada agrupación compone o toca marchas específicas para cada hermandad teniendo en cuenta si es una imagen de Jesús vivo o muerto, Cautivo, Orando en el Huerto o Crucificado, o depende de la advocación de la Virgen. Los propios costaleros graban la música para, en sus ensayos, poder acompasar el ritmo del paso al de las marchas, que son diferentes durante el recorrido dependiendo del lugar, si hay que saludar al patrón o patrona, en los conventos, etcétera.

La agrupación musical consultada (Santo Tomás de Villanueva) ya ha cumplido 15 años y ha editado tres discos de marchas procesionales. Una gran producción musical pues al menos cada dos años intentan componer marchas nuevas dedicadas al titular que van a acompañar. Su trabajo es intenso en Semana Santa, tocando en 8 procesiones de Ciudad Real, Córdoba capital y en los municipios cordobeses de Pozoblanco y Montemayor. Para ello, es necesario ensayar casi todo el año, “en nuestro caso descansamos julio y agosto pero el resto del año nos juntamos dos veces por semana y siempre se hace algún ensayo general los fines de semana”, explica Javier del Hoyo. En total, conforman la agrupación musical más de 130 músicos. Su uniforme se asemeja al del grupo de Alabarderos de la Guardia Real de Alfonso XIII.

Sentimientos, tactos y gustos.- Para las últimas líneas de nuestro reportaje hemos dejado la Semana Santa que se puede tocar y la que se puede saborear. En el primer caso, los más privilegiados son los miembros responsables de subir la imagen al trono, mayordomos y camareras que colocan, visten y engalanan todas las imágenes. Uno de ellos, Valentín, manifiesta: “Es mucha responsabilidad, sabes que es una talla única, irrepetible, de mucho valor y, cuando la abrazas para colocarla encima del trono, procuras darte maña y fuerza para que no se rompa nada, pero mientras estás haciendo esta tarea se te remueven las tripas por la emoción de estar abrazando al Padre, es un sentimiento que no se puede explicar”.

Igual sucede en el besamanos o besapiés, donde Cristo o la Virgen Dolorosa están frente a los devotos que pueden apreciar con más detalle todo el conjunto a la vez que besar su mano o su pie en agradecimiento o por una promesa. En este aspecto, tanto Valentín como Mari Carmen piden respeto para las imágenes y para todos los que viven la Pasión desde muy cerca y de los que se acercan temporalmente por problemas de salud, “hay expresiones o manifestaciones que pueden no tener sentido para muchos, como la Pasión en vivo con personas flagelándose, pero a lo mejor para ellas es algo vital”. En todo caso, Mari Carmen opina que Cristo, tanto cuando es Cautivo, Atado en la Columna, Crucificado, Orando en el Huerto o el Sepulcro, es un mismo Cristo en su Pasión, al igual que las Dolorosas son la Madre de Jesús, por lo que cree que todas las cofradías deben protegerse entre sí y alentar este sentimiento cofrade de respeto, fe y devoción.

Aunque pueda parecer el menos importante, el sector de la gastronomía ha puesto los últimos años todo su empeño en revalorizar la cocina de Semana Santa. El potaje de vigilia, las torrijas, las flores de sartén y todo un elenco de platos y postres que nutren los cuerpos fatigados de costaleros y de turistas deseosos de probar esos ricos manjares. Contrasta esta riqueza culinaria con la tradición del ayuno y de no comer carne durante la Cuaresma, tradición que cumplen muy pocas personas fuera del círculo cofrade o devoto.

Texto: Oliva Carretero, Ayer&hoy en colaboración con Floristería Ortega Utrilla, cofrades y www.semanasantamaria.com

Fotos: Ayer&hoy