Humilde, simpática, familiar, amiga de sus amigos, una luchadora nata que se le da muy bien lo de correr… Así es Gemma Arenas Alcázar (Almagro, 1979), tricampeona de España de trail ultra (carrera de montaña de larga distancia, de más de 42 kms.), ha participado en mundiales y campeonatos de Europa, consiguiendo varios triunfos colectivos con la selección española y es Medalla de Oro al Mérito Deportivo de Castilla-La Mancha 2018. A su lado siempre, su entrenador y marido, Agustín Luján. 

“Mientras que las lesiones me respeten y el cuerpo se recupere, seguiré corriendo”

Pregunta.- Muchos sabrán de sus logros deportivos pero, ¿quién es Gemma Arenas, cómo se define a sí misma?

Respuesta.- Soy una persona muy normal y corriente que me gusta mucho el deporte y, sobre todo, el trail. Pese a que no tenemos montaña en Almagro y alrededores, me defiendo bastante bien. Me considero una chica competitiva, pero a la vez muy amiga de sus rivales. Aquí me conoce todo el mundo, pero voy a carreras fuera y a alguna gente le da reparo acercarse para pedirme una foto pero no tengo ningún problema, todo lo contrario, me siento orgullosa de hacerlo.

P.- ¿De dónde le viene la afición por correr?

R.- Desde pequeñita me ha gustado correr, pero no había todo lo que hay ahora, ni escuelas de atletismo ni nadie que te pudiese guiar. Empecé muy joven a trabajar y dejé lo de correr. Recuerdo que en el colegio nos llevaban a pruebas de campo a través, íbamos a Puertollano, Campo de Criptana… pero era los sábados por la mañana y lo dejé.

Conocí pronto a Agustín Luján, mi marido, él siempre había sido ciclista pero decidió probar con las carreras, en concreto, con la media maratón de Madrid. Le acompañé y me quedé fascinada del ambiente y de las sensaciones de los corredores, tanto que al año siguiente decidí participar, hice mucho tiempo pero lo disfruté muchísimo. A partir de ahí, empecé a trotar. En 2008, ya casada, comencé a entrenar más, a tomármelo en serio, a participar en pruebas del Circuito de Carreras Populares, también salía con un grupo de chicas de Almagro. Cuando tuvimos nuestro primer hijo en 2010, Agustín y yo decidimos entrenar solos (él es también mi entrenador), era menos tiempo pero de más calidad y ahí fue cuando realmente empecé a mejorar.

P.- ¿Por qué se decantó por el trail si en Almagro no hay montaña?

R.- Antes hacía diez mil, media maratón y maratón de asfalto (de hecho sigo haciendo la maratón de Ciudad Real siempre que puedo), pero lo que mejor se me da es la maratón. En mayo de 2014 hice la prueba ‘Los 101 de Ronda’, larga distancia sin mucho desnivel, y la gané. Entonces empezamos a investigar y descubrimos que existían carreras de montaña. A finales de ese mismo año hicimos, con unos amigos, la maratón de montaña ‘Jarapalos’, en Alaurín de la Torre (Málaga), que también gané. Entonces todo el mundo se preguntaba quién era yo, nadie me conocía, los clubes andaluces me empezaron a llamar para que me inscribiera…

P.- Su  progresión ha sido increíble en poco tiempo…

R.- 2015 fue mi primer año corriendo montaña y ya me proclamé campeona de España de trail ultra en Peñalara, bajando el récord de la prueba en una hora y media en 118 kilómetros, de 16 horas y poco a 14 horas y 34 minutos. De hecho sigue la marca y no sé si la bajaré yo misma (sonríe). También ese año quedé segunda en la Copa de España. En 2016 gané la Copa del Mundo  y también he participado en campeonatos del mundo y de España con varios triunfos colectivos. Aunque mi reto pendiente es llegar a tener un oro individual en un mundial.

P.- En montaña, ¿qué factor influye además de la forma física y la preparación?

R.- La altitud influye mucho. En algunas pruebas corremos a 3.000 metros de altura, imagínate el oxígeno, pero no lo llevo demasiado mal. Hay máscaras para prepararte, pero como he hecho tantas pruebas en altitud supongo que el cuerpo está acostumbrado. Me dicen que compito mucho pero en Almagro no puedo trabajar la altitud, la tecnicidad de las piedras o las subidas y bajadas, allí solo tengo subidas de cinco minutos como mucho, 15-20 minutos si voy a Malagón pero ¿dónde entreno cuando en competición se está subiendo durante una hora?, por eso compito mucho, a la vez que compito entreno. La gente suele hacerlo al revés, pero nosotros no podemos por el tipo de terreno que tenemos en La Mancha.

P.- ¿Se puede vivir del trail running?

R.- No. Hay ayudas o becas por los logros deportivos, cuando te conocen te llaman para que participes pero antes era todo pagando, algunas carreras tienen premios en metálico, otras no. También hay ayudas de Castilla-La Mancha y de la Diputación de Ciudad Real merced a los triunfos conseguidos, pero no dan para vivir.

Recuerdo que al principio fuimos a la Transvulcania en La Palma y el coste fue bastante alto entre vuelo, hotel, inscripción y transporte, aunque a largo plazo merece la pena porque al hacer buenos resultados te llaman para que vuelvas, te invitan y los gastos son menores. Personalmente llevo trabajando 22 años en la misma empresa de Almagro, Torytrans, y tengo que agradecer a mi jefe la flexibilidad horaria y la ayuda económica que me da para competir. La Diputación siempre me ayuda y también tengo mi patrocinador, Sport HG AML.

P.- ¿Cuántas horas suele entrenar al día?

R.- Depende de lo que esté preparándome, no entreno todos los días porque creo que tan importante es entrenar como descansar, de hecho llevo 12 años corriendo y no he tenido ninguna lesión grave.

Este año he competido en Peñalara y a los 15 días hice otro ultra en Sierra Nevada, entre ambas carreras no entrené, solo nadar y bicicleta para quitar el impacto, y la segunda semana empecé a trotar para que se habituara el cuerpo. A mediados de noviembre hago otro ultra en Lanzarote, y para ello intento hacer las carreras del Circuito de media maratón de Torralba, Puertollano y la maratón de Ciudad Real. Así lo voy compaginando, además tengo mucha ayuda de la familia y los amigos.

P.- Reconoce que tiene una edad pero siempre ha dicho que seguirá dando guerra mientras pueda…

R.- Sí porque me encanta correr. Reconozco que estoy en un nivel muy bueno pero esto pasará y haré lo que hacía al principio, correré las carreras que me gusten y haré alguna junto a mis hijos cuando crezcan. Mientras me respeten las lesiones y el cuerpo se recupere seguiré corriendo, creo que hasta los 44 o 45 años se puede estar en lo más alto. Empecé con 35, no es igual que empezar con 25, es un deporte muy sacrificado.

P.- Siempre son importantes unas buenas zapatillas ¿no?

R.- Sí, si vas a competir debes gastar mínimo 80 o 90 euros, y en montaña más. También se desgastan antes, tienen tacos que se rajan con la piedra y, en mi caso que peso poco, puedo utilizar las mismas durante ocho ultras aunque hay gente que con dos ultras las tendría muy desgastadas, depende de donde se compita, en Cataluña o los Alpes la roca corta.

P.- ¿Se está trabajando para que el trail running sea olímpico?

R.- Sí, la Federación de Atletismo está luchando por ello, se ha implicado en este deporte y una de las razones es esta, pues siempre ha estado comandado por la Federación de Montaña. No sé si llegaré a participar en unas Olimpiadas, me encantaría, en Tokio 2020 no va a poder ser y en las próximas tendría ya 44 años.

P.- ¿Cómo es el tratamiento a las mujeres que compiten en carrera de montaña a la hora de trofeos y demás?

R.- Personalmente no tengo quejas, pero compañeras de la selección que fueron a Italia comprobaron que los premios de los diez primeros no eran iguales para ellos que para ellas, y no es justo pues han corrido los mismos kilómetros con el mismo desnivel… O que un chico gane y le den unas zapatillas y a las chicas una cena, una cesta de frutas o un set de maquillaje. Cada vez hay menos carreras así, reciben muchas críticas y para próximos años lo intentan corregir.

Texto y foto: Oliva Carretero Ruiz