Carlos David Bonilla comenzó su andadura en el Consejo rector de Bodegas Campo Reales, en El Provencio (Cuenca). Tras cuatro años como vocal asume la presidencia durante otros seis años. De ahí pasa a Cooperativas Agroalimentarias, en cuya Junta Directiva se integra como vocal, y a través de la cual pasa a formar parte del Consejo Regulador de la Denominación de Origen “La Mancha”, del que ha sido nombrado presidente a finales del pasado mes de enero en sustitución de Gregorio Martín-Zarco, que la presidía desde el año 2003. 

“Mi idea es continuar con la labor que tan bien ha venido haciendo Gregorio Martín-Zarco”

Pregunta.- ¿Puede explicarnos en qué consiste una D.O.?

Respuesta.- Es una referencia de calidad de un producto determinado en una región concreta. En nuestro caso, del vino que se produce en La Mancha. Se basa en un pliego de condiciones que recogen unas características que obligatoriamente han de cumplir dichos productos, como es el caso de nuestros vinos, y que abarcan desde la uva y su cultivo hasta la elaboración del producto final. Se trata de unas características restrictivas obligatorias y que garantizan la calidad del producto.

P.- ¿Es sencillo realizar los controles?

R.- Empiezan en las bodegas y termina en nuestra denominación. Son incluso previos a la vendimia y se terminan una vez ya embotellado el vino. La estructura existente dentro de la D.O. permite ese gran control de todo el proceso por lo que el producto final cumple estrictamente con lo determinado en el pliego de condiciones. ¿Se puede engañar? Evidentemente siempre hay quien lo puede intentar, pero en nuestro caso resultaría difícil.

P.- Dentro de lo que geográficamente podemos considerar La Mancha, existen denominaciones distintas. ¿Por qué?

R.- Sí, son nueve en total en nuestra región. ¿Por qué? Pues por las peculiaridades propias de cada terreno. Aunque tenemos condiciones comunes existen otras más particulares en distintas zonas, las cuales quieren distinguirse de las demás por sus peculiaridades de terrenos o climatologías.

P.- Centrándonos en la D.O. La Mancha, ¿cómo la define usted?

R.- Es una zona de producción con un gran potencial, ya que cuenta con 160.000 hectáreas de viñedos con denominación de origen, aunque sólo se está al 20 por ciento de lo que se puede llegar a ser. Queda por delante una gran posibilidad de crecimiento, sobre todo si tenemos en cuenta que la calidad de nuestro producto se puede calificar como excelente, ya que de las 160.000 hectáreas se recoge lo mejor para llevarlo a la botella como vino con D.O.

P.- ¿Cuándo hablamos de la D.O. nos referimos a todo el vino o solo al embotellado?

R.- Hablamos de las dos cosas. El vino apto para ser comercializado con D.O. puede circular entre bodegas inscritas a granel, pero se embotella después bajo la misma denominación. Se controla absolutamente todo por igual.

P.- Al parecer uno de los grandes problemas de nuestro vino es su gran producción y venta a granel y su escasa comercialización en botella.

R.- Evidentemente donde se consigue un gran valor añadido es en la botella. Sin embargo, no debemos olvidar que el vino a granel bajo la D.O. La Mancha tiene también su valor añadido, ya que cumple unos requisitos muy exigentes con la calidad. Pero no hay duda de que todas las bodegas quieren obtener ese valor añadido que da la bodega y que consigue abrir nuevos mercados, de ahí que intenten embotellar el máximo posible de su producto. En eso estamos trabajando desde hace años y el incremento del embotellado es uno de los grandes objetivos.

P.- ¿Cuál es el mayor reto en estos momentos de la D.O. La Mancha?

R.- Poner en valor el vino trasmitiendo su gran calidad al cliente para poder poner ese sobreprecio a la botella, que es donde está la rentabilidad para el productor. La calidad la tenemos, pero debemos llevarlo hasta el último consumidor, hacérsela ver. ¿Cómo? Mediante la promoción, evidentemente.

P.- ¿Cómo se vende el vino de La Mancha en España?

R.- Bien, aunque nos gustaría crecer más rápido. Se nos reconoce la calidad, pero a veces el consumidor final todavía ve a La Mancha como una extensión muy grande, con mucha producción pero con poco nombre. Y es ahí donde debemos incidir, en demostrar nuestra gran calidad y nuestra gran variedad, pues todos los vinos de la D.O. La Mancha no son iguales, existe una gran variedad y todos de una gran calidad.

P.- Nos referíamos a España porque al parecer se vende mejor en el extranjero que en nuestro país.

R.- Sí, en el resto del mundo tenemos ya mucho camino hecho. Llevamos muchos años haciendo promoción y existen lugares en los que la D.O. La Mancha está muy bien posicionada. Pero nuestra labor sigue siendo tanto nacional como internacional.

P.- ¿Cómo ha evolucionado tanto la calidad de estos vinos, como su promoción, en los últimos veinte años?

R.- Ha sido espectacular. En primer lugar, el agricultor ha pasado de pensar en la cantidad a hacerlo también en la calidad inducido por las bodegas. Así que se ha hecho tanto en la selección y cultivo de la uva como en la elaboración del vino introduciendo nuevos métodos y, sobre todo, mucha tecnología, con inversiones económicas muy grandes. En los últimos años tanto las bodegas como los mercados se han hecho irreconocibles con lo que había antes.

P.- ¿Cómo ha influido en este cambio la introducción de nuevas variedades de uva?

R.- Era algo necesario con las reestructuraciones que empezaron en el 2002. Se necesitaban nuevos varietales para salir a los mercados y el agricultor empezó pronto a captarlo, sobre todo cuando vio que las nuevas variedades estaban bien pagadas. Con el paso de los años se ha ido reforzando, aunque sigue habiendo mucha cosecha de uva autóctona, ya que funciona muy bien. Pero a los mercados internacionales no puedes salir sólo con ellas.

P.- Desde hace años ustedes están presentes en importantes ferias internacionales y dentro de poco acudirán a algunas de ellas. ¿Qué es lo que en esas ferias se demanda?

R.- Sobre todo cumplir con un alto nivel de calidad. Es imprescindible. Y ofrecer una variedad de producto que requieren los diversos mercados. Por eso las bodegas presentan un abanico muy amplio de vinos de forma que alguno de ellos terminará coincidiendo con lo que el potencial cliente demanda. En realidad, en una feria medianamente importante se están abordando muchos mercados, luego hay que llevar productos diferentes para las distintas demandas que puedan presentarse.

P.- ¿Son el mismo mercado el de Estados Unidos, Alemania o China?

R.- No. Por supuesto que no. Son distintas culturas y solicitan productos muy diferentes. Cada mercado hay que trabajárselo de forma distinta porque exige productos distintos. Esta labor de apoyo y promoción es algo que siempre se ha hecho desde la D.O. ayudando a las bodegas tanto en los viajes como en el montaje del stand o incentivándolas para que salgan al exterior.

P.- Volviendo a su reciente nombramiento como presidente de la D.O. La Mancha. ¿Cómo va a enfocar esta nueva etapa tras tantos años de presidencia de Gregorio Martín-Zarco?

R.- El enfoque es de continuar con lo que Gregorio ha venido haciendo hasta la actualidad contando, naturalmente, con el consenso necesario, con el fin de poner en valor nuestro vino en todos los mercados, teniendo como objetivo a medio plazo el elevar el embotellado hasta pasar de los 100 millones de botellas con la calidad que nuestro vino se merece. Precisamente deseo terminar esta entrevista diciendo que la labor de Gregorio ha sido excepcional durante los 15 años que ha estado al frente de este Consejo Regulador, poniendo en valor nuestra denominación, pues su trabajo ha sido “para enmarcar”.

Texto: Ayer&hoy. Foto: D.O. La Mancha